Los rincones más buscados de Granada para recoger setas y disfrutar del otoño en plena naturaleza

Hijas del sol y de la lluvia. Así solía llamarlas el famoso micólogo castellanomanchego, Valentín Rubio. Las setas son el regalo otoñal de la tierra, un pedazo de naturaleza salvaje que emerge con la humedad de la estación de las lluvias y que es capaz de sacar a pasear por el campo a cientos solo por intentar hacerse con unas pocas. En Granada, Sierra Nevada no es el único paraíso para la recogida de setas, otros sistemas montañosos cuentan con la altura, suelos y humedad propias para que estos ejemplares aparezcan en cantidad.

Granada, tierra de setas

La guía editada por la Junta de Andalucía titulada Inventario Micológico Básico de Andalucía, indica algunos de las zonas más populares así como todas las especies registradas que se ven en el campo granadino y en qué lugares pueden encontrarse, como por ejemplo en la Sierra de Huétor, la Alfaguara (un clásico para la búsqueda de setas) Alhama, el Llano de la perdíz, Fuente fría, Soportújar, entre muchas otras zonas.

Sierra de Huétor, un tesoro micológico

El Parque Natural Sierra de Huétor, por ejemplo, alberga una de las reservas micológicas más importantes de la comunidad autónoma. En esta área protegida se promueve la conservación de las especies de hongos mediante la creación de rutas educativas. El objetivo es fomentar el conocimiento y el respeto hacia los hongos, permitiendo que los visitantes disfruten de su belleza sin interferir en su desarrollo.

Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama

Tejeda, Almijara y Alhama. En esta tríada serrana los amantes de la recogida de hongos pueden encontrar su paraíso otoñal. La de Tejeda, por ejemplo, es muy conocida entre micólogos y aficionados mientras que en las laderas y bosques de la de Alhama se pueden encontrar hasta 40 especies distintas de hongo.

Riqueza micológica en Andalucía

Además de estas, otros parques naturales como el de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche y el Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla son reconocidos por su riqueza micológica. En estos espacios, se pueden encontrar especies como la Lepista nuda (pie azul), una seta comestible muy apreciada, o la Clitocybe odora (anisada), cuyo fuerte aroma a anís la hace inconfundible.