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Las redes sociales dificultan la detección de la depresión sonriente

  • El uso de las redes hace que sea más fácil ocultar lo trastornos mentales ya que hacen es más fácil no mostrar los síntomas

Las redes sociales dificultan la detección de la depresión sonriente

Las redes sociales dificultan la detección de la depresión sonriente / Granada Hoy

Una mente sana es tan importante como tener el resto del cuerpo libre de enfermedades. Normalmente es complicado ocultar dolencias relacionadas con cualquier parte del cuerpo,  pero, por contra, en ocasiones, algunos trastornos mentales se ocultan por parte del afectado.

Los motivos pueden ser diferentes, pero lo común es no preocupar a los más allegados sobre la aparición de algún trastorno. Así, ante una depresión que pueda tener una persona, y que quiere ocultar, se le denomina depresión sonriente.

Este hecho hace que las personas que la padecen y se esfuercen en esconder su malestar se traduce en una mayor dificultad para detectarlo. Por eso, los casos diagnosticados podrían ser una porción muy pequeña de todos los existentes.

Las redes sociales sirven como autopistas por las que transitar ocultando el malestar

Esto no quita que aquellos que padecen la enfermedad sufran los mismos síntomas que aquellos que no lo ocultan. Además ellos mismo son conscientes de estos síntomas y de que algo no está funcionando como debería.

En lo que el conjunto de expertos coincide es en que las redes sociales no ayudan a que se muestren las emociones reales. "Vivimos en una sociedad donde constantemente tenemos que demostrar a los otros que tenemos una vida perfecta. En mi opinión, esto se refuerza a través de las redes sociales", indica Ferran Marsà Sambola profesor de la Universitat Oberta Catalunya.

También es la opinión de Vanessa Rodríguez Pousada, también profesora de la Universitat Oberta Catalunya, que recuerda que en las redes sociales existe una tendencia a mostrar la parte exitosa de uno mismo, magnificándola y enalteciéndola de forma considerable. "Al mismo tiempo, la comparación entre la propia vida y la supuesta vida de los demás brota como un juego de espejos engañoso, en el que la realidad se difumina. Las redes sociales pueden aparecer aquí como autopistas por las que transitar bajo la ocultación del malestar. En este caso, podrían asomar como el compañero de viaje ideal de la depresión sonriente".

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