PRIMERA CORRIDA DE ABONO. CORPUS 2019. Se lidiaron toros de Núñez de Tarifa, bien de presentación, pero flojos y carentes de raza. El tercero fue devuelto a los corrales por problemas de visión, sustituido por un sobrero de la misma ganadería que se lidió en último lugar.

TOREROS: JOSE GARRIDO, de fucsia y oro, vuelta al ruedo y dos orejas. Salida a hombros. JOAQUIN GALDOS, de marino y oro, silencio en sus dos toros. DAVID DE MIRANDA, de marino y oro, que sustituía a Pablo Aguado, oreja y silencio.

INCIDENCIAS.- Primera corrida de abono, tarde soleada y con buena temperatura. Rozando el lleno. Presidió la corrida Mariano de Damas Cerdá. Amenizó la tarde la Banda de Música de Cúllar Vega.

Tarde aburrida, pero con sobresaltos en la primera de abono de la feria taurina del Corpus. El claro triunfador fue José Garrido, que cortó dos orejas y acabó saliendo a hombros.

Abrió plaza el torero extremeño José Garrido, que dispuso del mejor lote de la tarde, y que aprovechó solo en el segundo en suerte. El primero, un buen toro, no fue totalmente exprimido por el torero. Comenzó la faena templado toreando la verónica, apenas recibió castigo en el caballo y lo lanceó bien en el quite por chicuelinas. Con la mano el toro siguió transmitiendo, pero alcanzó la tela y se orientó, lo que dificultó la faena. Al natural sacó una excelente tanda, pero en la continuación le protestó y le puso en aprietos. Mató de estocada, dio vuelta al ruedo, tras leve petición de oreja.

Con su segundo toro, cuarto de la tarde, un toro negro bragao, de nombre Ventoso, llegó el triunfo para Garrido. Un toro que de inicio desconcertó bastante, lo recibió con las dos rodillas en el albero. Nada más comenzar la faena de muleta fue alcanzado por el animal, propinándole una espectacular y peligrosa voltereta, pero el torero se repuso y, con el público a su favor, se propuso demostrar quien mandaba en el ruedo. Se entregó durante toda la faena y mató de una gran estocada, siendo premiada su actuación con dos orejas.

Poco pudo hacer Joaquín Galdós con su primer toro, además de feo de hechuras, manso, sin transmitir nada, en definitiva un toro de los que nadie quiere ver en una plaza de toros. Los intentó el torero por ambos pitones, pero viendo que era tarea totalmente imposible, optó por abreviar y matar de estocada defectuosa y descabello. Silencio.

En el segundo de su lote, quinto de la tarde, tampoco tuvo suerte el peruano, otro toro sin raza y sin sal, pero al que el torero pudo sacar alguna serie, en especial una al natural, empleando técnica y conocimiento, aunque le faltó someter algo más al toro. Mató de pinchazo hondo y estocada caída, que le sirvió para saludar desde el tercio.

Cerraba cartel David de Miranda, que sustituía a Pablo Aguado que sigue convaleciente de la cogida sufrida en Madrid la semana pasada. Le tocó en suerte un toro que, por problemas de visión fue devuelto a los corrales, aunque tuvo tiempo para arrollar al espada y algún subalterno. Se corrió el turno y toreo en primer lugar el que correspondía al sexto. Fue un toro manso y que nunca ayudó al torero. Se tuvo que ir a puerta de chiqueros para conseguir emparejar una meritoria faena, sobre todo los pases realizados con su mano izquierda. Antes de matar de estocada algo caída, regaló al público unas bernardinas lucidas. Fue premiado con una oreja.

Cerró la tarde el torero con el sobrero, un negro mulato, de nombre Compañero, manso y deslucido, con el que el torero no pudo emprender faena, a pesar de que lo intentó con firmeza y propósito. Toreó por ambos pitones pero sin apenas poder lucir en los lances. Mató de estocada caída y fue silenciada su faena. El público tenía gana se marcharse por lo aburrida de la tarde.