Este rincón llamado La Toscana, en Granada, guarda un patrimonio olvidado y un paisaje que podría ser italiano
"El primer pueblo vaciado de Granada sin electricidad, sin bares ni servicios básicos" ahora es un conjunto fantasma que conserva el alma de siglos de vida fértil
Este pueblo de Granada vive su gran Feria del Ganado con gastronomía, conciertos y degustación de vinos
Entre colinas suaves y tierras de cultivo que se enredan con la luz dorada del altiplano granadino, hay un rincón llamado La Toscana. No es un apodo, es un topónimo real aunque poco conocido fuera de las proximidades de la Puebla de Don Fadrique. La casualidad de compartir nombre con la región italiana parece hecha a propósito, aunque no existe evidencia de ello: las formas del paisaje (el granadino menos verde), el silencio suspendido entre las líneas del arado y la huella de un patrimonio hoy casi olvidado evocan, con cierta semejanza, los paisajes del país vecino que inspiraron a pintores y poetas.
Símbolo de fe y zona social
Lo que un día fue símbolo de fe y lugar de encuentro de la población de toda la zona y cortijos de Bugéjar y Casas de Don Juan permanece hoy en calma, envuelto en un aire de abandono y casi fantasmal, que no logra borrar su belleza ahora arrugada por siglos de historia y una fértil vitalidad humana que la pobló durante siglos.
Epicentro religioso
La Toscana destaca entre los demás pequeños núcleos de población como caseríos y cortijadas pertenecientes al municipio de La Puebla de Don Fadrique por la importancia que ostentó siglos atrás como centro neurálgico de la religiosidad y punto de encuentro de campesinos. La ermita del Santísimo Cristo de la Toscana Vieja (La Toscana nueva se encuentra muy cerca y su actividad era el cultivo) concentraba toda la vida social de la zona al ser el punto de referencia religioso desde 1786, "cuando el arzobispado de Toledo la declaró parroquia rural", indica el blog de turismo Rincones de Granada. Esta decisión, añaden, la distinguió de los núcleos cercanos.
Bodas, bautizos y, sobre todo, entierros
En la ermita se concentraban todos los grandes eventos sociales del campesinado de la época: bodas, bautizos, misas y, sobre todo, entierros, ya que el gran complejo religioso albergaba el cementerio común de la zona, que aún también se conserva. El blog de turismo granadino indica, además, que "durante décadas la ermita fue el corazón espiritual de La Toscana. Allí se organizaban fiestas religiosas, romerías y procesiones en honor al Santo Cristo, a las que acudían vecinos de todos los cortijos cercanos".
Despoblación rural y ruina
Ahora reconstruida, la ermita vivió en ruina durante décadas y sus muros, así como los de los edificios aledaños que en otra época vivieron el hervidero de vida y encuentros, decayeron hasta ser una sombra de sí mismos.
Un pueblo fantasma
"La Toscana llegó a ser descrita como el primer pueblo vaciado de Granada", indican, "sin electricidad, sin bares ni servicios básicos, quedó reducida a unas pocas casas habitadas de forma intermitente. Lo que un día fue centro de vida comunitaria se conviritó en un espacio casi fantasma", reseñan desde Rincones de Granada.
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