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Qué tienen en común Tamara Falcó, Lady Di y Chenoa

Tamara Falcó en los premios Goya de 2019 en Sevilla.

Tamara Falcó en los premios Goya de 2019 en Sevilla. / D. S.

Es un personaje que cae bien. Ya sea porque es hija de Isabel Preysler y eso imprime carácter o porque es tan natural y espontánea que todas la queremos como miembro oficial de nuestras pandillas, el caso es que Tamara Falcó siempre ha sido uno de los personajes más queridos de nuestro país. Ahora, después de su ruptura con Íñigo Onieva (si Tami fuera de nuestra pandilla lo llamaríamos el que no debe ser nombrado), la marquesa de Griñón se ha convertido en una mujer empoderada a la que todas queremos imitar.

Como en la mayoría de rupturas del estilo a la de Tamara Falcó, las pruebas para el resto del mundo de las infidelidades eran bastante evidentes, pero, como dicen las abuelas, nadie escarmienta en cabeza ajena. Tamara se tragó en directo la prueba más que evidente de que Íñigo Onieva le estaba siendo infiel y, además, la estaba tomando por tonta (y no hay nada que dé más rabia que que te crean imbécil).

Ella, que tiene claro que le da igual si han sido seis segundos o un nanosegundo en el metaverso (Tamara acaba de superar a Belén Esteban), en un ejercicio de empoderamiento y amor propio, ha reunido fuerzas y ha mandado a paseo al susodicho (con aplauso generalizado de todas las que ya nos consideramos amigas de Tamara, Tami, como nos gusta llamarla). 

Empoderada y derrochando poderío, como le hubiera recomendado Lola Flores, Tamara Falcó no se lo ha pensado dos veces y ha seguido con su vida normal, acudiendo a saraos y siendo ella misma. El primer acto tras la ruptura, el aniversario de una conocida promotora inmobiliaria), fue la prueba de que nuestra forma de vestir dice mucho más de lo que nosotros creemos.

Quizás estudiado, quizás casual, el look con el que Tamara Falcó se enfrentó a su primer acto social tras la sonada ruptura ya ha sido catalogado como el traje de chaqueta del empoderamiento. Y no es para menos. Sobrio, elegante, glamuroso y con un claro mensaje de soy una mujer segura de sí misma, el look escogido por la marquesa de Griñón no podía ser más perfecto para la ocasión.

Tamara Falcó, Lady Di y Chenoa, tres rupturas, tres estilismos

Tamara Falcó con un traje de chaqueta negro en su reaparición. Tamara Falcó con un traje de chaqueta negro en su reaparición.

Tamara Falcó con un traje de chaqueta negro en su reaparición. / Europa Press

No es la primera vez que un estilismo se convierte en protagonista por el mensaje que lanza porque no es la primera vez que alguien ha gritado con su forma de vestir lo que no le salía por la boca. Al igual que Tamara Falcó, Lady Di y Chenoa también han hecho de sus looks la mejor forma de expresión en momentos cruciales de su vida. Cada una con su estilo y con un mensaje propio, Tamara Falcó, Lady Di y Chenoa son tres referentes femeninos si hablamos de empoderamiento en las relaciones sentimentales. Las tres, sufridoras por desamor (aunque no hay mal que por bien no venga), tienen tres looks icónicos que ya forman parte de la historia de las rupturas.

En el caso de Tamara, ya hemos advertido que su look lanza el mensaje de sobriedad, integridad y elegancia, que al final es lo que ha demostrado la marquesa en sus intervenciones televisivas. Consciente de su imagen de marca, Tamara Falcó sabía que las imágenes de su primera aparición pública saldrían en televisión en bucle (hasta que alguien anuncien en redes a través de una cuenta atrás que se viene comunicado de ruptura) y no era algo que dejar al azar.

De ahí que la celeb se decante por el negro, que en su caso no hace referencia al luto, sino a esa elegancia de la que hablábamos al principio, y que lo haga en forma de traje de chaqueta. Este tipo de look cada vez ha cogido más peso y es la forma más elegante, sofisticada y glamurosa de ser pragmática. Tamara Falcó toma decisiones basadas en la lógica y la racionalidad y coloca su autoestima en un altar del que ningún hombre la debe bajar. Todo ello transmitido en forma de traje de chaqueta negro.

Lady Di y el 'vestido de la venganza'

Lady Di con el vestido de la venganza. Lady Di con el vestido de la venganza.

Lady Di con el vestido de la venganza. / M. G.

En el caso de Lady Di, poco o nada hay que decir si hablamos del vestido de la venganza, como popularmente se conoce el diseño por el que la princesa apostó cuando el, por aquel entonces, Príncipe Carlos confesaba que le había sido infiel con Camila Parker-Bowls. El vestido, un diseño negro de seda sin hombros de Christina Stambolian, fue el elegido por Lady Di para la fiesta benéfica de Vanity Fair celebrada en Kensington (Londres), en 1994 y con él dejó boquiabiertos a los miembros de la Casa Real Británica por saltarse toda clase de protocolos, pero con el que recibió todos los aplausos de la sociedad. Si bien es cierto que el título de vestido de la venganza se lo otorgaron los medios de comunicación, el diseño no puede hacer mejor gala de su nombre.

En un principio, la princesa iba a lucir un diseño, según cuentan, de Valentino, pero al enterarse del bombazo que daría su marido esa misma noche, Lady Di dio el mejor giro de guión inesperado. Con ese vestido, la princesa se convertía en protagonista indiscutible en una noche en la que medio mundo la trataría con la condescendencia con la que se trata a alguien a quien le han sido infiel.

Al apostar por un vestido como el de ella, no sólo no se estaba mostrando con la debilidad que se le presuponía, sino que, además, estaba rompiendo por completo con las reglas del juego de la Casa Real Británica. Adiós a lo políticamente correcto y conservador, hola a una personalidad arrolladora y deseosa de salir. Lady Di siempre hizo de su indumentaria la mejor herramienta para hablarle al mundo, para expresas su estado de ánimo, con el vestido de la venganza, se coronó (y no le hizo falta llegar a reina).

Chenoa, inventando el 'chandalismo'

Chenoa con su famoso chándal. Chenoa con su famoso chándal.

Chenoa con su famoso chándal. / M. G.

Más reciente es el look con el que Chenoa quedó inmortalizada en la retina de los españoles. Mucho antes del confinamiento, la cantante ya inventó el concepto chandalismo y, aunque en un principio estamos seguras de que ella aborrecía esas imágenes y se sentía pequeñita al tener que verlas en bucle una y otra vez, parece que ha sabido reconciliarse con esa etapa de su vida y sacarle beneficio (mental y en clave de autoestima).

Corría el año 2005 (sí, nos hemos hecho mayores, muy mayores) cuando una afectadísima Chenoa salía a la puerta de su casa ataviada con un chándal gris para confirmar lo que toda España sabía y de lo que ella se acababa de enterar. Bisbal ponía punto final a su relación después de unos años felices (cuánto adoramos a la pareja que inventó el shippeo) y bla bla bla. El resto ya lo conocemos. El de los rizos (Chenoa también es nuestra amiga, como Tamara, y a su ex lo llamamos de cualquier forma menos por su nombre) la dejó sin darle explicaciones y a los dos días estaba con Elena Tablada (a rey muerto, rey puesto, Tablada también lo ha experimentado).

Cualquier persona con la más mínima capacidad de empatía quiso abrazar fuertemente a Chenoa en la puerta de su casa con ese chándal que ya forma parte de la historia de la televisión. A diferencia de Tamara Falcó y Lady Di, el look de Chenoa no estaba estudiado. El dolor del momento y la necesidad de acabar pronto con la tortura invitaron a la artista a coger lo primero que pilló para bajar a hablar con los medios. Su chándal gris, su coleta baja y esos ojos hinchados han acompañado a Chenoa durante casi 20 años.

Ahora, convertida en una mujer segura de sí misma, empoderada y con las ideas muy claras Chenoa demuestra que hay que tocar fondo y sentirse pequeña para regresar pisando fuerte, como nunca se debió dejar de pisar. Además, ahora es la propia artista la que bromea con el episodio y su look.

Tres looks de tres mujeres empoderadas y con poderío

Si Lady Di tuvo su vestido de la venganza y Tamara Falcó su traje del empoderamiento, el de Chenoa es el chándal de la vergüeza, vergüenza la que debe acompañar a aquel que la dejó de la peor de las maneras y sin ninguna explicación. A modo de recordatorio, el chándal gris de Chenoa viene a decirnos que, si no queremos continuar una relación, debemos ser sinceros y mostrar respeto por la persona con la que compartimos tanto. Nadie se merece que alguien a quien quiso la ponga en ridículo delante del mundo, ya sea Chenoa, Lady Di, Tamara Falcó o la vecina del quinto. Hacer el ridículo sólo está permitido si es con amiga y toca noche de karaoke.

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