La despedida de Fabri González como entrenador del Granada CF se convirtió en un acto emotivo. El técnico gallego salió entre lágrimas del estadio de Los Cármenes. Recibió una calurosa ovación en la sala de prensa por parte de los medios de comunicación y a su salida medio centenar de aficionados corearon su nombre, se abrazaron a él y se hicieron fotografías. Sale por la puerta grande y tras haber logrado dos ascensos consecutivos. Una etapa de casi dos años se cierra. A Fabri se le saltaron las lágrimas mientras era despedido por todos.

La rueda de prensa para comunicar la destitución resultó multitudinaria. El presidente del Granada CF, Quique Pina, estuvo a la defensivas y se negó en todo momento a aclarar los motivos que le habían llevado a tomar la decisión de destituir al técnico gallego. "Ha sido una decisión dolorosa, la más dura que he tomado desde que estoy aquí, pero los motivos nos lo voy a hacer públicos. Eso queda en la intimidad entre Fabri y yo. Los motivos los sabe él y a nadie le importan. No ha habido problemas con los jugadores y yo no nunca le he dicho quién debe jugar, no sé ni cómo entrena. Esto no se puede interpretar como un pulso que ha ganado la plantilla. Han pasado cosas que él y yo sabemos y había que tomar esta decisión". Asume que "es una decisión que tiene riesgo y deseo que sea para bien".

Fabri trató de estar muy diplomático en su despedida y no quiso criticar a nadie. Señaló que en esta etapa como entrenador del Granada CF había sido "muy feliz y no voy a decir nada negativo de nadie" y deseó que su destitución resulte "positiva para el club". El preparador gallego añadió que "me he dedicado con todas mis fuerzas a intentar que este equipo funcionara, pero los resultados son los que marcan el devenir de un entrenador y últimamente no han sido todo lo buenos que se quisieran".

Cuando se le cuestionó si se arrepentía de alguna de las declaraciones que efectuó tras el partido con el Rayo indicó que "no me arrepiento porque las hice desde el corazón y tras haber tenido una base fundamentada. No era por faltar a nadie. El fin que perseguía era mejorar al equipo. Me voy con la conciencia tranquila.