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Anquela no tiene al enemigo en casa

  • La plantilla rojiblanca manifiesta a la directiva su apoyo al entrenador tras el empate ante el Espanyol

Puede que a día de hoy Anquela no tenga muchos adeptos en Granada, pero el técnico jienense tiene a su favor a un colectivo muy importante, la plantilla rojiblanca. Desde que llegó del Alcorcón, los jugadores granadinistas han elogiado en todas y cada una de las ruedas de prensa el trabajo de Anquela. No se conoce que el preparador haya tenido roce alguno con los futbolistas, excepto algunas discrepancias con Floro Flores. El responsable de prensa del Granada CF, Javier Rufete, reconoció ayer en Onda Cero que varios hombres de peso del plantel hablaron con los dirigentes del club para mostrar su apoyo al entrenador del equipo.

Justo acabar el encuentro contra el Espanyol, cuando parte de la hinchada mostró su descontento con los gritos de "¡Anquela, vete ya!", sus jugadores ya hicieron la primera defensa pública de su jefe. Diakhaté señaló que "el vestuario está con el míster porque es un buen entrenador". El rumano Torje, que en los dos últimos partidos no ha sido cambiado, indicó que "no estamos contentos con los gritos contra el entrenador. La culpa es de todos, el entrenador no juega". Y Borja Gómez también salió al paso de las críticas de la grada: "El vestuario está con Juan Antonio Anquela".

La línea de Torje de que las culpas no pueden recaer sobre una sola persona, la comparte la afición. La hinchada rojiblanca es consciente de que el principal problema de este Granada es la falta de gol y ese es un tema que no concierne únicamente al técnico, sino también a los jugadores y a los que confeccionan la plantilla, los dirigentes. No obstante, la parroquia rojiblanca también sabe que este equipo necesita un cambio y que es más fácil despedir a uno que a veinticinco.

Y es que cuando se abre la veda, los banquillos empiezan a temblar. El primer entrenador despedido en Primera fue Mauricio Pochettino del Espanyol, al que relevó Aguirre en Los Cármenes. Este fin de semana se cayó del banquillo del Valencia el neófito Mauricio Pellegrino, al que la exigente grada de Mestalla no le ha perdonado dos derrotas abultadas consecutivas. Los presidentes han tardado más que ninguna temporada en despedir a sus entrenadores, pero una vez que uno lo hace se convierte en una cadena.

Por desgracia para Anquela en el fútbol de élite no mandan ni los futbolistas ni los entrenadores ni siquiera los directivos, sino que mandan los resultados. A eso está sujeto el técnico jienense, que el sábado tendrá otra final más. Por ahora, los dirigentes del Granada se han mostrado firmes y en ningún momento han puesto la espada de Damocles sobre el preparador rojiblanco. El hecho de que Lucas Alcaraz, que sonaba fuerte en la agenda del club, se haya ido al Aris de Salónica de Grecia es una prueba más de que Quique Pina y Juan Carlos Cordero creen en Anquela.

La peculiaridad de los dirigentes rojiblancos a la hora de contratar entrenadores hace que sea difícil encontrar un nombre que concuerde como posible sustituto de Anquela. Otra buena señal para un técnico que, pese a estar cuestionado, tiene otro as en la manga. El jienense ya ha salvado más de un match ball, como el día del Celta o ante el Betis.

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