Se va para coger impulso y con la lección aprendida. El Granada terminó ayer su primera aventura en la categoría más alta del fútbol femenino español con una derrota injusta que, además, fue una metáfora de lo que ha sido su temporada: remar, pelear y muchas dosis de mala suerte. El encuentro frente al colista Levante Las Planas acabó 2-1 gracias a un penalti en el que dos jugadoras catalanas habían chocado entre ellas.

El partido fue intenso. Ni Las Planas ni Granada se jugaban más que la honra y los tres puntos, así que, sin complejos divirtieron al respetable. Las ocasiones volaron de un área a otra al principio, con lo que llegaron los goles. Primero, el del Granada, con una gran finalización de Rivi tras recuperación de Lula en la medular (14'). La rojiblanca acaba la Liga con 23 tantos en su haber. Un minuto después, Asako empató para las de Sant Joan Despí de tiro cruzado. Desde ese momento, las granadinas perdonaron. Como siempre. Marcó Rivi antes de la media hora pero el tanto fue anulado por fuera de juego.

Menos en los diez primeros minutos de la segunda parte, el Granada dominó el partido. Dos disparo de Amy, uno al palo, merecieron mejor suerte. Otro remate de Rivi a centro de la propia Amy terminó en manos de María. Se olía el gol granadinista hasta que en el 84', Ferrero Mansilla quiso regalarle al Levante Las Planas la oportunidad de ganar el último partido de Liga. Interpretó penalti en el choque de dos jugadoras locales. Ausi lo transformó.

Al menos, el Granada CF se agarra al penúltimo puesto como triste premio de consolación. Al final, las de Toni Moreno, gran parte de la temporada, y Matías Martínez al final, han sumado 22 puntos, a sólo cuatro de haberse quedado en Primera. Pero volverán. La Segunda se les queda pequeña.