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"Seré un granadinista más"

  • Quique Pina presenta su dimisión como presidente del Granada y se despide del club y la ciudad en un acto muy emotivo acompañado por su familia, amigos, hinchas y periodistas

Emoción, lágrimas y mucho agradecimiento. Quique Pina se despidió del Granada CF, después de presentar su dimisión como presidente en la mañana de ayer, en un acto celebrado en el Hotel Nazaríes en el que el murciano, quizás el presidente más importante de la historia del club, no pudo reprimir el llanto ante los que ha sido sus empleados, cerca de un centenar de sus hinchas, su familia y allegados, y la prensa.

 

Y no era para menos. Todo fueron parabienes hacia Pina y sus siete años en la presidencia del Granada. No se nombró ni de pasada el asunto del posible amaño del partido de Las Palmas. No se le quiso dar importancia porque piensan que no la tiene. Así que el artífice del actual Granada tuvo la despedida soñada por la forma y el contenido, pero no por su tiempo.

 

Empezó el jefe de prensa, Javier Rufete, agradeciendo de parte del personal del club haber sido "los grumetes" de su "barco", el cual ha "llevado por los mares más bonitos del mundo, que nos ha parado en puertos emocionantes, y en los que hemos vivido momentos que para nosotros quizás no se repitan en la vida". Primera semilla puesta. La segunda fue un vídeo elaborado por Granada CF TV y la misma familia de Pina en la que repasaron los mejores momentos deportivos del equipo, su llegada al club, fotos familiares y hasta varios cortes junto a Gino Pozzo. Duró los tres minutos largos de la canción Seven years, de Lukas Graham. Una balada con un título adecuado que acabó con un mensaje "gracias" y "hasta pronto". El público rompió en un fuerte aplauso que se detuvo cuando el ya ex presidente quiso empezar a leer la carta que se reproduce en la página siguiente. Pero no pasó del saludo sin que rompiese a llorar. Un nuevo aplauso con algunos vítores y procedió a su lectura, que fue rápida pero con voz quebrada, sincera y dolida por seguir lamentando haber tenido la oportunidad de seguir mandando este año, pero también caballeroso al insistir en que la afición apoye al nuevo dueño, en agradecer su confianza a Gino Pozzo, y expresando en varias ocasiones que ya es un "granadinista más".

 

Un nuevo aplauso antecedió a una ronda de preguntas de los periodistas centradas en su trayectoria como presidente rojiblanco. "El mejor momento han sido los dos ascensos y las permanencias", admitió Pina, pero se centró en la promoción de Segunda B: "Ascender a Segunda era lo más complicado porque cogimos al club en una situación muy delicada. Eso fue muy grande y nos permitió coger impulso para lograr el segundo ascenso".

Dijo irse sin guardar rencor a nadie y que le "encantaría" que el Granada siguiese "siempre en Primera División para recordarle a mi gente y mi familia que está ahí gracias a mí".

 

No entró en muchos detalles sobre qué hablaron él y Pozzo el martes pasado, pero que necesitaba una "explicación" ya que "teníamos ilusión y ganas de habernos podido quedar con el club", admitiendo que existieron "conversaciones durante todo el año" para haberse quedado con el club en caso de venta. Además, lamentó haber "sembrado para recoger" los beneficios televisivos, que pasan de "18 a 42 millones, por eso quería saber el motivo por el que no me han dado la oportunidad".

 

También explicó la dinámica del club con Pozzo y que ha evitado que el Granada ahora optara a cotas mayores: "Si hiciéramos una alineación de los jugadores que han sido traspasados y que han triunfado en el Granada, este equipo podría ser un Villarreal. Si hubiéramos conservado esa plantilla, hoy tendríamos a un equipo con posibilidades de Champions o de UEFA, que es lo que han hecho equipos como Celta o Villarreal. Si los nuevos dueños llevan esa filosofía, el Granada tarde o temprano lo podrá conseguir. Si es la de comprar jugadores y venderlos en el momento en el que cogen caché, con todos los años cambiando el equipo es muy difícil acertar".

 

"Es un 'hasta pronto' porque el fútbol y la vida dan muchas vueltas", comentó Pina sobre sus intenciones, poniéndose a disposición de Jiang Lizhang, que desde ahora toma el relevo del murciano: "Hemos demostrado una personalidad tremenda, con una gestión que deja el club al día y eso el nuevo dueño seguro que lo sabrá. Es normal que empiecen con su gente de confianza pero todo da muchas vueltas y puede ser que algún día te echen de menos y te llamen, y Granada es un sitio al que hoy no podría decirle que no". "Es muy difícil que un presidente en siete años no haya sufrido una pañolada ni gritos al palco y le canten en el estadio. Estábamos en el momento de más credibilidad ante la ciudad, la afición, y en una situación en la que si los nuevos dueños hubieran apostado por Juan Carlos o por mí hubiera sido un acierto", explicó Pina.

 

Por último pidió a la afición "apoyar al muerte al nuevo dueño" y que "nunca" piense que "nosotros lo estaríamos haciendo mejor". Reconoció que le ha "cogido sentimiento a la ciudad", por lo que "cuesta irte", y que si ha triunfado es porque no ha "complacido a todo el mundo", lo que le ha acarreado "enemigos", dando todo el mérito a sus resultados a los "jugadores y los técnicos".

 

Tras la ronda de preguntas, llegaron los regalos y las intervenciones. Primero de Santi Antonaya, presidente de los Veteranos del Granada CF, quien muy emocionado agradeció a Pina "contar" con ellos y haber hecho que el "ambiente del antiguo Los Cármenes lo hayamos vuelto a vivir". Un aficionado Orlando Fuentes, habló en nombre de los allí congregados. El acto acabó con la entrega de un recuerdo de los empleados del club, del G19 de peñas, y del abogado Antonio Zorrilla.

 

Luego fue el turno de las fotos y de un aperitivo con los asistentes para dar por cerrados estos siete años de Pina. Él fue el centro de atención. En un segundo plano, como siempre, sus acólitos. El más importante, un muy emocionado Juan Carlos Cordero, que buscaba el abrazo cómplice de su hermano Jorge. Pero estaban todos los hombres de Quique: Antonio Vicente, David Navarro, Javier Jiménez... Una etapa que se cierra entre abrazos y con un sentimiento de agradecimiento pocas veces visto en la ciudad y en el Granada CF.

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