Un proyecto pionero de la UGR permitirá descubrir a los pacientes que fingen

El objetivo de la investigación es detectar a todas aquellas personas que tras un traumatismo se inventan o exageran déficit cognitivos, como pérdida de memoria o de concentración, para obtener una indemnización

Las pruebas de lápiz y papel se harán mientras el paciente está en una máquina de resonancia magnética.
Las pruebas de lápiz y papel se harán mientras el paciente está en una máquina de resonancia magnética.
G. S. M. / Granada

04 de julio 2011 - 01:00

¿Cómo se puede demostrar que un paciente que ha sufrido un traumatismo y que asegura tener pérdidas de memoria, problemas de atención o dificultades de concentración está padeciendo realmente déficit cognitivos o está simulándolos para obtener una baja, una indemnización o una pensión por incapacidad? La Universidad de Granada y la empresa granadina Centro de Diagnóstico (Cedisa) podrían tener en breve la respuesta a una pregunta que surge con frecuencia y que podría poner coto a las bajas por simulación y al fraude a los seguros.

Desde hace años, la profesora del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada e investigadora principal de este proyecto por la UGR, Raquel Vilar, trabaja en la detección de pacientes que exageran o simulan los problemas cognitivos derivados de un traumatismo leve, como un accidente laboral o de tráfico. Hasta la fecha, la investigación se basaba en las pruebas de papel y lápiz que "funcionan bien, pero que no son infalibles" porque aunque se puede saber si finge o no, difícilmente se puede averiguar si el paciente simula o exagera a propósito sus problemas o si la invención de síntomas se debe a otras causas. Y esa es la clave de esta nueva fase de la investigación, que persigue averiguar si hay simulación y si esta es intencionada o no.

Para ello, los investigadores de la UGR y de Cedisa sumarán a las pruebas de papel y lápiz una máquina de resonancia magnética funcional, que les permitirá ver cómo funciona el cerebro mientras el paciente responde a los test tradicionales. "El cerebro funciona diferente cuando se fallan las pruebas a propósito que cuando se intentan hacer bien", explica Raquel Vilar.

La finalidad de la investigación es fundamentalmente desenmascarar a todos aquellos "que se inventan los síntomas o los exageran para conseguir dinero". La utilidad de este proyecto, por tanto, no se limita a las bajas por simulación, sino que es especialmente relevante en los casos de accidentes laborales o de tráfico en los que está en juego una importante indemnización. Según la investigadora de la UGR, una vez que finalice el proyecto este tipo de pruebas deberían introducirse en todos aquellos casos en los que exista la sospecha de que el paciente no padece los síntomas que asegura tener. Los test en la máquina de resonancia magnética funcional podrían ser solicitados por neurólogos, aseguradoras, o jueces y abogados implicados en el conflicto judicial derivado, por ejemplo, de un accidente de tráfico. "Siempre que la persona pueda obtener un 'premio' de esas secuelas cognitivas del accidente debería hacerse este tipo de pruebas", señala Raquel Vilar.

Sobre todo, porque las pruebas de papel y lápiz ya han demostrado que la tasa de simulación es muy elevada. "En la investigación inicial que hicimos el porcentaje de pacientes que estaba inventando o exagerando sus síntomas era del 40%", indicó la profesora del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico, que matizó que las pruebas se hicieron a personas que estaban en juicio por una compensación económica derivada de accidentes de tráfico o laborales".

La investigación, que una vez que obtenga la financiación podría finalizar en tres años, es un proyecto pionero que nunca antes se ha llevado a cabo. Mientras que de la fase inicial, basada en las pruebas de papel y lápiz, sí que existen precedentes, de esta nueva fase que determinará si los pacientes simulan no hay ninguna experiencia previa. Raquel Vilar indica que en la Universidad de Hong Kong sí que se han hecho algunas pruebas con estudiantes que simulaban a propósito, pero en ningún caso se ha aplicado en pacientes reales, que es el objetivo de la UGR y Cedisa.

Para la realización del proyecto, la Universidad de Granada recibirá 170.000 euros y Cedisa 450.000. Hasta la fecha la investigación ha sido presentada a la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía y al Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial para su sumen su apoyo y faciliten la financiación necesaria para llevarlo a cabo. En principio, la Junta subvencionaría una parte del presupuesto global de la investigación (620.000 euros) y el dinero restante lo aportaría el Centro Diagnóstico, cuya gerente, Alberto Machado, es uno de los principales impulsores de la investigación. En el proyecto participarán más de 12 profesionales, entre investigadores y personal de apoyo.

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