La decisión es clara y ya está tomada. A última hora de la mañana de ayer la biblioteca de Las Palomas del Zaidín cerró sus puertas. Muere para los vecinos de este barrio pero se resucita para otros, los de Beiro, a donde se trasladarán sus fondos, mobiliario y equipo de profesionales.

No hay vuelta atrás ni replanteamiento que valga para el Ayuntamiento tal y como rezaba en el cartel colocado en la puerta y que decía que el centro dejaba de ofrecer servicio al público. Y es que el concejal de Cultura, Juan García Montero (PP), está convencido en su postura. "No es cuestión de quitar sino de reequilibrar la cultura en la ciudad. No puedo tener tres distritos sin biblioteca y que uno tenga dos. Además, el Zaidín se queda con unas instalaciones nuevas de primer nivel y que acogerán todos los servicios que se daban en la biblioteca de Las Palomas".

De este modo, los que se beneficiarán del material será los vecinos del distrito Beiro que llevan años reclamando este equipamiento cultural y que después de una larga espera verán satisfecha sus necesidades con la puesta en marcha de un centro cultural que incluirá otro tipo de instalaciones como una sala multiusos y audiovisual para esta nueva temporada.

Evidentemente, tal y como está quedando reflejado estos últimos días, la decisión municipal supondrá ahora un choque frontal entre los interses de los vecinos de Biero y las reivindicaciones de los usuarios de la biblioteca de Las Palomas y vecinos del Zaidín. Justamente, para mostrar su rechazo al cierre, los miembros de la plataforma creada para intentar evitar el cierre de un centro que lleva tres décadas funcionando realizaron ayer de nuevo actos de protesta en el barrio. Una bicicletada y una nueva asamblea en la que debatieron nuevas medidas de movilización como acampar en la plaza o hacer un intercambio de libros y en la que dejaron manifiesto lo que quiere gran parte del vecindario del Zaidín y de otros puntos de la ciudad, ya que a la 'lucha' iniciada por estos usuarios se han sumado numerosos colectivos y asociaciones que consideran que la cultura no debe ser excluyente y que el reivindicar una biblioteca es uno de los hechos más loables que se pueda tener en estos momentos. "Teniendo en cuenta que Andalucía se encuentra a la cola culturalmente en muchos aspectos, salir a la calle por la supervivencia de este recinto es un orgullo", reivindican desde la plataforma. Entre otras cosas, porque los 8.500 socios aseguran que la biblioteca es más que eso. "Es un centro de reunión y educación para niños y mayores en el que los talleres de iniciación y potenciación de la lectura son punteros y tienen una aceptación que llama la atención", aseveran.

La oposición se suma a estos argumentos y, en concreto, el concejal socialista, Chema Rueda,tildó ayer de "inadmisible e intolerable" la medida adoptada por los 'populares', quienes "actúan de manera caciquil" después de que los vecinos hubieran anunciado protestas para el día de ayer y las hayan boicoteado. "Ante el clamor de un barrio que no quiere perder una biblioteca con más de dos décadas de historia se aferra a su mayoría absoluta para actuar sin escuchar a los ciudadanos", consideró Rueda, quien aseguró que el PP anunció el cierre para el próximo mes de octubre pero -con alevosía- lo han hecho en agosto.