Granada

El país de los Cedros, un edén para vegetarianos

  • La gastronomía libanesa se caracteriza por tener una gran variedad de platos, donde los vegetales y las legumbres son los ingredientes principales· Restaurante libanés Samarcanda Calderería Vieja, 3. Teléfono: 958 21 00 04.

El buen paladar es la pareja perfecta si se quiere ir de vacaciones a un país lejano y probar la rica gastronomía que se realiza en otros lados del mundo. Porque no hay mejor forma para introducirse en el acervo popular de un país que degustar sus exquisitos platos. En un principio, serán raros para el gusto, pero ayudarán al viajero a sumergirse en un mundo de sabores totalmente diferente y en una cultura que más tarde, le apasionará. Así que como dice el refrán: "allá donde fueras, haz lo que vieras". Y en este caso, lo mejor, es llevarlo a raja tabla.

Líbano ha sido un país habitado por múltiples pueblos durante miles de años como los fenicios, asirios, griegos o romanos y que ha tenido una fuerte influencia occidental, ya que fue colonia francesa hasta 1943. Por ello, su gastronomía ha bebido un poco de todas estas culturas y ha creado un marco muy amplio de platos diferentes. A orillas del Mediterráneo, Líbano con tan sólo 250 kilómetros de largo y 50 kilómetros de ancho, concentra una enorme variedad gastronómica.

El país de los cedros, árbol emblema de su bandera nacional, también posee otros rasgos característicos que definen su cocina y platos que son considerados insignia del país como el Kibbeh. Éste es el plato nacional de Líbano y consta de una mezcla de carne de cordero muy picada y acompañada de trigo bulgur. Pero, su cocina esconde otros muchos platos que indican que hay costumbres que se comparten a ambos lados del Mediterráneo como es el "picar". Lo que para los libaneses se considera el tapeo, los entremeses antes de comenzar un buen almuerzo y que se denomina mezet. "Consiste en una serie de platos de distintas cremas de vegetales y legumbres, como el homos de garbanzos o mutabal de berenjenas, entre otras muchas cosas", comenta Mohamed Albanousi, propietario del restaurante libanés Samarcanda. El mezzet, puede constar de 30 a 40 platos, e incluso, a veces, llega a 100. Entrantes variados que suelen acompañarse de arak, que es el anís libanés y se comen sin cubiertos, con el conococido pan de pita. El restaurante Samarcanda que lleva en activo dieciocho años ya ha forjado a una buena clientela que quiere probar sabores diferentes en la ciudad de la Alhambra. "Algunos ya son clientes fijos que repiten. Pero sobre todo vienen turistas americanos e ingleses que les suele gustar mucho este tipo de comida", añade Mohamed.

En la cocina libanesa abundan las frutas, las verduras frescas y el principio con el que se elaboran la mayoría de los platos suelen ser los cereales y las legumbres. Unos alimentos que sirven de base a casi todos los vecinos del Mediterráneo, pero que en Líbano se cocinan y se presentan de forma totalmente diferente.

En su gastronomía destacan las cremas de garbanzos (hummus), de berenjenas (mutabal), también el cordero al estilo libanés cocinado con frutos secos y acompañado de arroz, la carne de ternera al horno con salsa de tomate, perejil, cebolla y especias (kafta), las rosquillas de legumbres fritos con habas y garbanzos (falafel), arroz con lentejas y cebolla caramelizada (mudardara) o la ensalada con hojas de perejil y hojas de hierba buena (tabule). Para postre también se puede pedir un yogur de pepino casero o de tomate. Un exquisito manjar que se recomienda probar a todo el mundo que pasee por la Calderería Vieja. Además, las personas que sean vegetarianas no tendrán ningún problema. Aspectos positivos no sólo para visitar en persona este precioso país de Oriente Próximo, sino para familiarizar el paladar desde casa y degustar estos ricos platos, antes de viajar al país de los Cedros.

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