Granada

Los óvulos tampoco escapan de la crisis

  • Las estadísticas revelan que una de cada seis parejas en España padece infertilidad · El retraso en la edad de concebir de la mujer y el deterioro del semen son las principales causas

Ser padre es la ilusión de muchas parejas jóvenes aunque, a veces, conseguir un embarazo de forma natural no es tarea fácil. De hecho, según revelan las estadísticas, una de cada seis parejas padece infertilidad en nuestro país y cerca de 80.000 se someten cada año a técnicas de reproducción asistida.

Está claro que las cifras son sólo números, pero estos datos esconden detrás historias de muchos tipos que revelan que para algunas personas tener un hijo se vuelve una auténtica odisea. Noches en vela intentando averiguar qué ocurre y preguntándose cuál es la causa que impide que la cigüeña visite sus hogares. A veces pueden tardar años hasta dar con la clave, de forma que día tras día recorren las clínicas ginecológicas y se hacen pruebas para, por fin, acabar con su angustia y poder ponerle solución al problema.

Pero ¿en qué momento una pareja debe alarmarse ante los múltiples intentos infructuosos de conseguir un embarazo? Para esta pregunta también hay respuesta. La Organización Mundial de la Salud define la infertilidad como la incapacidad que sufre una pareja para conseguir que un embarazo llegue a buen término tras un año o más de relaciones sexuales regulares y sin protección. Algo bastante más usual de lo que parece.

María Ángeles P.S anduvo en busca de una explicación que calmara su ansiedad durante algo más de un año, pero su caso no era fácil. Ella y su pareja padecían lo que se denomina en la jerga médica infertilidad sin causa aparente. "Al principio, todos me decían que no tenía nada. Ese periodo es el peor por la incertidumbre que genera. Una no sabe si esperar más tiempo o someterse a un tratamiento sin prolongarlo más en el tiempo, porque los 35 años pesan. Me di cuenta de que algo no iba bien y quería ponerle solución cuanto antes", relata. A día de hoy, sonríe tranquila y feliz porque está embarazada de cuatro meses y espera mellizos. María Ángeles, siempre optimista, decidió someterse al método de IMSI (microinyección ovocitaria con alta resolución) a pesar de los miedos que tenía. "Creía que iba a engordar y que el procedimiento de extraer los óvulos dolía mucho. Pero estoy contentísima, ya que es totalmente imperceptible porque te duermen". Sin embargo, la directora de la clínica MAR& Gen, Carmen Mendoza explica que "algunas parejas vienen ya con la desesperanza por delante y luego se quedan sorprendidos. Es maravilloso ver la cara que se les queda cuando la prueba de embarazo es positiva".

En la última década se ha suscitado un intenso debate acerca de la calidad del semen de los hombres. Algunos estudios corroboran que sí, que la crisis del espermatozoide está en alza. Sin embargo, otros, no detectan cambios. Aunque lo cierto es que la mayoría de los profesionales médicos en la actualidad corroboran que el esperma del varón tiene menos calidad que hace años. Pero, la principal causa de infertilidad deriva del retraso en la edad de la mujer a la hora de quedarse embarazada, por lo que la calidad de sus ovocitos también comienza a resentirse y sus ovarios no funcionan a pleno rendimiento. "Cuando la mujer llega a los 35 años comienza una cuesta hacia arriba. Como consecuencia, cada vez hay más pacientes que demandan estos tipos de tratamientos. Nosotros solemos atender al año a 800 personas de media. Hace 20 años la demanda se situaría en un 10% y ahora se ha incrementado hasta en un 20%", afirma la científica Mendoza. Además de estos motivos, habría que añadir otras causas como deficiencias hormonales, infecciones, disruptores endocrinos, quimioterapia, obesidad, trastornos alimentarios, esterilidad idiopática o casos tan simples como que el PH de la vagina sea tan ácido que llegue a matar el esperma del hombre.

El método de IMSI junto con la ovodonación, es el que mejor resultado ofrece y su precio oscila sobre los 5.000 euros. Es el tratamiento más efectivo con un 50-55% de éxito de embarazo, aunque no supera al porcentaje tan satisfactorio que alcanza la ovodonación que asciende a un 60- 85%.

¿En qué consisten estas técnicas? En palabras del director de la clínica, Jan Tesarik, el procedimiento radica en inyectar espermatozoides en los ovocitos con técnicas de laboratorio ampliándolos con una lupa que los agranda hasta 6.000 veces más, lo que le "permite seleccionar a los mejores y mejor dotados". Para ello, por supuesto, es necesaria la extracción de los ovocitos de la mujer y una vez preparados se microinyectan con el esperma del marido o, en cualquier caso, del donante. Algunos de los embriones resultantes se transfieren al útero de la futura madre y el resto se congelan por si fuera necesario utilizarlos en embarazos futuros.

La mayoría de las mujeres que se someten a ese tipo de tratamiento suelen hacerlo en edades comprendidas entre los 35-45 años, aunque como apunta Mendoza, ya acuden chicas muy jóvenes de 18 años y mujeres de hasta 50. Pero esta cifra varia dependiendo del método al que se sometan y si lo hacen por la sanidad pública cuyo máximo está fijado en 40 años o por la privada, en el que lo amplían hasta 10 años más.

Aunque la edad mínima para someterse a este tipo de tratamientos son 18 años, la legislación española no establece un límite de edad por arriba. Sin embargo, los profesionales, no se arriesgan a desarrollarlos en mujeres mayores de 50 años "por motivos éticos y morales. No sólo porque haya más riesgo de que el bebé nazca con alguna deformidad, sino porque el niño podría quedar huérfano muy pronto" esgrime la científica.

Parejas convencionales, mujeres solteras, de otras nacionalidades e incluso parejas de mujeres homosexuales. "Cada vez tenemos más parejas de lesbianas que quieren tener sus hijos por inseminación artificial, fecundación in vitro u ovodonación. Por supuesto, en todos estos casos se utiliza semen de un donante para la fecundación" aclara Mendoza. En este caso, se recurre al banco de semen de la clínica en el que las madres eligen un esperma de donante que tenga unas características genéticas parecidas a las suyas ."Normalmente buscan lo más similar a ellas físicamente. Nunca piden algo extraordinario en el que una chica morena quiera un hijo con ojos azules y rubio", aclara.

Además del método de IMSI o la ovodonación, existen otros tratamientos relacionados con la reproducción asistida como la inseminación artificial, la fecundación in vitro, la embriodonación o la microinyección de esperma en ovocito, entre otros. Incluso, en técnicas como la ovodonación, que todavía no se realizan en todos los centros públicos, el método que utilizan es "novedoso" y según Mendoza, ofrece muy buenos resultados. En esta terapia, los ovocitos que se implantan en el útero de la mujer, proceden de una donante más joven. Luego, se inseminan con espermatozoides de la pareja o del banco de semen y se implantan en el útero. "Nos diferenciamos de otros centros en que aquí lo ovocitos que le introducimos a la mujer no se congelan por lo que tienen mayor calidad", afirma la bióloga.

Como María Ángeles, cientos de padres se sienten impacientes por ver la cara del hijo que tanto anhelan. Al fin, afirma, se siente madre y por partida doble.

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