A los profesores también les cuesta darse cuenta de los casos de acoso escolar en el desarrollo normal de su clase y reclaman que las familias tengan una mayor implicación en el día a día de sus hijos. El orientador Sebastián Quesada asegura que la violencia entre iguales se da en la mayoría de centros y reconoce que "en algunos con más incidencia".

Quesada incide en lo complicado que es detectar este tipo de casos y, por ello, incide en la necesidad de que "los padres tengan una mayor implicación". El docente lo tiene más que claro y asegura que en ningún caso "hay que consentir el acoso; hay que cortarlo de raíz porque en algunos casos el alumno puede llegar a la depresión y a un aumento del absentismo".

Las familias, considera, "tienen un comportamiento diferente en las casas y en los centros y muchas de ellas no se creen lo que hacen sus hijos cuando se les cuenta el caso, por eso, tienen que colaborar más".

Y si los docentes piden una mayor colaboración por parte de las familias, el presidente de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Granada -FAPA-Alhambra-, José Antonio Puerta, también reconoce que es necesaria una mayor participación de los progenitores en la vida escolar. "Las familias también debemos cambiar, los cambios no son fáciles pero nadie dijo nunca que la educación sea una tarea fácil, es muy compleja porque se hace necesario trabajar con la mente y el corazón de los menores", apunta cuando es consultado por la implicación de los padres y madres en la formación reglada.

"Debemos aprender que en Educación menos puede ser más", apunta el representante de las familias granadinas. "Si en algunas ocasiones, cuando finaliza el curso escolar, no se ha llegado al final de la materia, esto no es tan malo si el tiempo dedicado en el aula se ha dirigido a la cohesión del grupo y a aprender a resolver conflictos, a trabajar de forma cooperativa y se les ha enseñado a aprender, a consolidar el aprendizaje de forma significativa".

Para Puerta, "lo más importante es que nuestros hijos e hijas sean personas felices con buena autoestima y que investiguen y encuentren ellos mismos las respuestas a sus preguntas".

Al debatir el tema de la violencia escolar, son muchas las voces coincidentes en que los progenitores deben "aprender a no sobreproteger a los niños y permitir que crezcan como personas". El presidente de FAPA-Alhambra trabaja para que, desde las asociaciones de padres y madres de alumnos, las familias se impliquen y tengan un mayor compromiso participativo en las estructuras creadas.

La Consejería de Educación cuenta desde hace años con programas de prevención de acoso escolar llamados Escuela: espacio de paz. Se trata de un proyecto al que ya se adhieren todos los centros educativos y que fomenta el desarrollo de actividades en las que se promociona la convivencia entre los alumnos, mediante la creación de la figura de los mediadores escolares, que resuelven pacíficamente los conflictos.