Granada

Las habitaciones ocultas de San Juan de Dios

  • El hospital granadino, a la espera de su reforma integral, esconde tesoros de la historia sanitaria y religiosa de Granada

El hospital de San Juan de Dios es una joya arquitectónica del siglo XVI y un símbolo en todo el mundo al estar considerado el primer centro hospitalario de la Orden y germen de toda una red asistencial que todavía caracteriza la actividad de los hermanos de San Juan de Dios. El edificio, que el propio santo no pudo ver concluido al morir en 1550 cuando estaba hecho poco más de la mitad del proyecto, comenzará este año una rehabilitación integral para formar parte del proyecto de futuro de los hermanos hospitalarios: un centro sociosanitario único en el país. Para llegar a esto la tarea más difícil será la restauración del antiguo hospital, muy deteriorado y que guarda entre sus muros toda la historia de la sanidad granadina pues desde su inauguración en el siglo XVI no ha dejado de funcionar pasando por distintos gestores.

Su desgaste ha hecho que haya habitaciones que en la actualidad permanecen cerradas por estar muy deterioradas pero que son dignas de una visita por encerrar capítulos de una historia que la Orden quiere mantener y difundir y que recuperará con la intervención en el inmueble.

Nada más entrar al edificio, levantado en un terreno adquirido en su día a los jerónimo y construido gracias a la limosna que entregaban los granadinos y las donaciones de nobles y acaudalados, resalta la portada con la figura de San Juan de Dios y después la reja donada por el Rey Alfonso XII, una verja de hierro que da paso al primer patio del edificio, antiguo claustro, el más artístico por las pinturas con la vida de San Juan de Dios que decoran sus paredes (y que han sido retirados para su restauración) y los frescos de los muros. Bordeando el patio por la derecha se llega al segundo patio, más pequeño. Desde allí se accede a través de puertas originales de la época a una habitación curiosa. Lo dice la placa que hay sobre el dintel, que reza 'Despensa de pan'. Esta sala conserva el zócalo de azulejos original -que mejoraba la limpieza del espacio- y el techo ojival. Era la habitación donde se almacenaba el pan que después se distribuía entre los enfermos ingresados.

En su época de auge había más de 400 pacientes, que por primera vez en Europa eran clasificados en función de su patología y sexo. Después pasó a ser el comedor de los médicos, como relata Enrique Callejón, traumatólogo jubilado que estuvo más de 30 años trabajando en el centro y que conoce palmo a palmo sus habitaciones y sus historias. Al frente la cocina del hospital, que funcionó hasta que se hizo cargo de los pacientes el Hospital Virgen de las Nieves, que distribuye desde sus cocinas los menús a las salas que aún permanecen abiertas. Ahora, como curiosidad, está allí guardada una gran mesa de mármol blanco de gran grosor con significativas muescas. "Era la mesa de la sala de autopsias", recuerda Enrique. Y es que el hospital fue sede temporal de la Facultad de Medicina en su creación, con la que tenía acuerdo para la entrega de cuerpos de pacientes fallecidos.

Desde allí se sale directamente al segundo patio, que guarda también una historia médica importante. "En el centro del patio se hizo un quirófano de cristal porque en aquel tiempo las técnicas de esterilización iban avanzando y se vendían las bondades del sol". Los cimientos de ese quirófano se han encontrado en las catas que se han hecho en la zona para los estudios de rehabilitación.

 A la izquierda, cruzando hacia el primer patio, está la capilla principal, un espacio amplio que conserva detalles curiosos como los muros cubiertos a media altura de paños de arpillera para absorber la humedad. En esta capilla estaba la imagen del Cristo de la Paciencia, titular de una cofradía de Semana Santa. Se daba misa todas las semanas pero ya está en desuso.

En la primera planta hay otra joya religiosa, una pequeña capilla-oratorio que usaban en su día las monjas que trabajaban en el hospital y en el que se guardaba al Santísimo que después se daba a los enfermos.

Un poco más adelante está la sala capitular, zona de reuniones, biblioteca que en su día fue sala asistencial para enfermos de Urología, Oftalmología y Otorrino. El techo es original y alberga dos objetos curiosos: la cruz que estuvo en el campamento de Santa Fe con los Reyes Católicos y un confesionario también de Isabel la Católica.

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