Granada

Un parto pasado por agua

  • El hospital Clínico dispone desde octubre de una bañera para que las mujeres que acuden a dar a luz puedan usar la hidroterapia como analgesia durante el proceso de parto · Ya la han usado unas 20 madres

Utilizar el agua caliente en los partos es algo que viene de antiguo. En la obstetricia moderna fue en Francia cuando se extendió al comprobar que en medio líquido la dilatación se producía con menos dolor y avanzaba más rápido. Así, se pensó que el agua caliente podía ser una buena herramienta como analgesia y luego se avanzó hacia el parto completo dentro del agua, aunque son sólo entre un 2 y un 5% las mujeres que completan el alumbramiento en el agua porque el resto, como mamíferos que somos, elige salirse a un terreno seco, a tierra, en la fase expulsiva del bebé.

Con esta filosofía, el Hospital Clínico San Cecilio dispone desde octubre de 2011 de una bañera para partos dentro del plan de humanización de la atención perinatal de la Consejería de Salud. En Andalucía disponen de bañera el Clínico de Granada, el Materno de Málaga, el Santa Margarita de Cabra, los comarcales de Úbeda y Huércal Overa y los de Costa del Sol y El Ejido.

Está demostrado que el agua caliente (se utiliza a 37 grados aunque se busca la temperatura más agradable para la mujer en función de su sensibilidad) genera un entorno de ingravidez, relajación y aislamiento del mundo exterior que favorecen que la fase de dilatación se produzca con menos dolor. Así, una mujer con parto establecido (sana, sin complicaciones, con un registro normal del bebé y que opte por un parto natural sin epidural) puede solicitar el uso de la bañera cuando supera los cuatro centímetros de dilatación. Antes el efecto del agua caliente puede parar la evolución de las contracciones y la dilatación. "Se recomienda que no esté más de dos horas dentro porque además hay que hidratarlas porque el agua caliente deshidrata. De todas formas se pueden salir, caminar, volver a entrar", explica la responsable de paritorio del Hospital Clínico, África Caño.

Todo este ambiente de relajación se complementa con un paritorio 'adaptado' a este clima con las paredes pintadas, dibujos, una luz específica... Todo para que la mujer no tenga estrés añadido en el momento. Además, dispone también de ayudas como el uso de óxido nitroso también como analgesia (también se usan con este fin las pelotas pélvicas o el taburete de parto) y el mismo paritorio dispone de una cama para que la mujer efectúe la fase expulsiva si no quiere hacerlo dentro de la bañera. "Paren en la postura y como ellas quieren, aunque algunas veces es más peligroso sacarlas y ya el parto hay que hacerlo dentro, que no pasa nada". En este tiempo, más de 20 mujeres han utilizado la bañera y de éstas cuatro han hecho la expulsión también dentro del agua.

Tras el nacimiento, se pone al bebé en contacto con la madre y se procura la transición adecuada entre medios. "El riesgo es que intente respirar antes y aspire agua dulce, pero al estar en la bolsa en un medio líquido no tiene ese instinto", asegura Caño.

Esta opción supone la dedicación exclusiva de una matrona que tiene que estar continuamente acompañando a la mujer (que también entra con acompañante) y comprobando el estado del niño, por lo que si todos los paritorios están llenos y las matronas ocupadas, no se puede utilizar la bañera.

Para utilizar este método las matronas y personal de la unidad del Clínico han recibido cursos de formación para que se sientan seguros con este medio y conozcan los cuidados y herramientas específicos. También el personal de mantenimiento y limpieza han tenido que aprender el uso de la bañera.

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