Granada

El Día del Libro no pasa de largo en la biblioteca de Las Palomas

  • Vecinos y miembros de la plataforma intercambian ejemplares, leen en la plaza y meriendan para pedir la reapertura del centro que 8 meses después sigue en desuso

En la biblioteca de Las Palomas ayer se intercambiaron libros, se leyeron relatos, se disfrutó de un grupo de teatro infantil y hasta se merendó. Las puertas del centro cultural del Zaidín siguen cerradas pero lo que el Ayuntamiento no ha logrado cerrar son las ideas de la plataforma y los vecinos que siguen luchando por la reapertura de la biblioteca con actos y conmemoraciones como la de ayer que se realizó con motivo del Día del Libro.

Desde que el Ayuntamiento clausurase la biblioteca el pasado mes de agosto, la Plataforma contra el cierre de Las Palomas y los vecinos del barrio han aprovechado todos los actos culturales locales y nacionales para reiterar la reapertura del centro. Especialmente, cuando ven que los meses pasan y las instalaciones siguen cerradas y deteriorándose poco a poco.

Durante este tiempo, ya se han producido varios conatos de incendio en el inmueble, su interior comienza a acumular desperdicios y el paso del tiempo empieza a ofrecer una imagen poco lucida de lo que fue la biblioteca del barrio.

Por el momento y a pesar de las reiteradas peticiones de reapertura, el equipo de gobierno municipal sigue impasible y no mueve ficha. El portavoz municipal, Juan García Montero, ha declarado en numerosas ocasiones que "siguen trabajando" y que "pronto" se procederá al traslado de la Agrupación Municipal de Coros y Danzas Regionales, pero hasta la fecha, en el edificio no hay indicio de traslado alguno.

Precisamente, ese es uno de los detalles que denuncia la plataforma que recuerda que el Ayuntamiento cerró la biblioteca rápidamente y sin avisar a nadie y que, sin embargo, después de ocho meses, allí no hay absolutamente nada. Insisten en demostrar que el Ayuntamiento se equivocaba cuando decían que con una biblioteca en el barrio -la Francisco Ayala- era suficiente y que en la zona no había tantos usuarios.

Desde entonces, en cada acto y con cada protesta, han demostado que el barrio quiere poner en uso las instalaciones y que la actividad lectora y cultural, lejos de perderse con su cierre, se mantiene más viva que nunca.

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