Granada

No es poder lo que tenía el Santón, sino sinestesia

  • Investigadores de la Universidad de Granada descubren científicamente por qué algunos curanderos, como el Santón de Baza, son capaces de ver el 'aura' de las personas

Ni poderes paranormales ni una especial sensibilidad a la fuerza y energía de las personas, muchos de los 'curanderos' o 'santones' que dicen ser capaces de ver el aura en los demás, lo que realmente padecen es un "cruce de cables", es decir, un fenómeno neuropsicológico que se denomina sinestesia. Y para demostrarlo científicamente investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han estudiado a muchos de estos individuos, entre ellos a Esteban Sánchez Casas, un vidente granadino conocido como el Santón de Baza que saltó a la fama hace dos décadas por convocar una aparición de la Virgen en la que más de 30 personas sufrieron lesiones oculares por el sol.

En un artículo publicado en la prestigiosa revista Consciousness and Cognition, los profesores del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada Óscar Iborra, Luis Pastor y Emilio Gómez Milán han ofrecido, por primera vez en el mundo, una explicación científica al fenómeno esotérico del aura, un supuesto campo energético de radiación luminosa multicolor que rodearía a las personas a modo de halo y que resulta invisible para la mayoría de los seres humanos.

La sinestesia consiste, en términos neurológicos, en que en el cerebro de ciertas personas (a los que se les conoce como sinéstetas) se producen conexiones sinápticas que no existen en la mayoría de las personas normales, lo que se entiende comunmente como un cruce de cables. Este hecho "les permite establecer asociaciones automáticas entre regiones cerebrales que habitualmente no están conectadas", según explica el profesor Emilio Gómez Milán, una cualidad que tendrían muchos de los curanderos que dicen poder ver el aura.

Los científicos de la UGR advierten en su artículo que "no todos los santones y curanderos son sinéstetas, pero en este colectivo sí que se da una mayor incidencia de este síndrome, la sinestesia, al igual que ocurre con muchos pintores y artistas, por ejemplo".

Para realizar esta investigación, los científicos de la UGR entrevistaron a varias personas afectadas por sinestesia de España, Italia y Portugal, principalmente, entre los que se encontraban supuestos curanderos, como el Santón de Baza.

Muchos le atribuyen ciertos "poderes paranormales", como poder ver el aura de las personas, "cuando en realidad se trata de un claro ejemplo de sinésteta", explican los autores de esta investigación, auténticos expertos "en caza sinéstetas".

El Santón de Baza dio mucho de qué hablar a principios de los 90, tras varias apariciones públicas en las que aseguraba falsas apariciones en las que empezaron a llegar miles de personas procedentes de toda España para que el curandero aliviara sus dolencias a cambio de "la voluntad".

Pero los investigadores de la UGR acaban de dar una explicación científica a sus 'habilidades'. Según Goméz, "el Santón de Baza presenta sinestesia caras-color, es decir, que su zona cerebral de reconocimiento de caras se asocia a la de los colores, por lo que asocia a cada persona con un color". Además padece sinestesia tacto-espejo, de alta empatía, así "cuando observa a una persona que está siendo tocada o que experimenta un dolor, él experimenta ese mismo dolor". Y tiene una alta empatía (la capacidad de sentir lo que está sintiendo otra persona) y esquizotipia (ciertos rasgos de personalidad con tendencia a formas atenuadas de paranoia y de alucinación que se da en las personas sanas). Todo esto "le permite tener un sistema de creencias, una alta capacidad de hacer que la gente se sienta comprendida y ciertas habilidades de lectura emocional y del sufrimiento", apuntan los científicos.

A la luz de los resultados de su trabajo, sus autores advierten en el artículo del enorme "efecto placebo" que provocan los curanderos en las personas, "aunque padezcan realmente sinestesia y sean capaces de ver el aura o sentir el dolor del otro". Algunos de estos santones "presentan ciertas habilidades y actitudes que les permiten creer en su capacidad de sanar a los demás, pero en realidad se autoengañan" pues la sinestesia no es un poder extrasensorial, sino una percepción subjetiva y "adornada" de la realidad, advierten los expertos. En realidad Gómez dice que estos curanderos tienen "un pequeño don, que consiste en una visión coloreada con fuegos artificiales de la realidad, pero no es una alucinación". El artículo está disponible en http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1053810011002868.

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