Granada

Los vecinos 'toman' la Diabline para pedir una línea de bus en el barrio

  • Se suben al vehículo y reclaman mejoras en la movilidad de la zona

Los vecinos del Albaicín han decidido realizar su particular 'Toma' de la Diabline como medio para protestar por la situación del transporte público en el histórico barrio.

Armados con carteles, pancartas y octavillas, miembros de la plataforma SOS Albaicín subieron este fin de semana al vehículo y realizaron varios trayectos usándolo como medio de llamar la atención a los transeúntes que en ese momento paseaban por la Carrera del Darro y Paseo de los Tristes. Los participantes en la protesta informaban sobre los problemas que, en su opinión, ha generado la nueva ordenación viaria del Barrio de San Pedro en materia de transporte público.

De esta forma, los vecinos argumentan que el microbús eléctrico no sólo no es la solución para los problemas de movilidad del Bajo Albaicín sino, al contrario, y especialmente, en su trayecto hacia Plaza Nueva "se ha revelado como un verdadero estorbo para la circulación de los numerosos vehículos de servicio, taxis con turistas y, sobre todo, peatones que intentan disfrutar del paseo".

Añaden que la Diabline posee una capacidad tan ridícula que no puede ser considerada un transporte público en sentido estricto ya que no reúne las condiciones exigibles de accesibilidad y protección frente al frío y al calor y, sobre todo, posee un horario manifiestamente turístico que evita precisamente las horas en las que su uso resultaría más beneficioso para el vecindario.

En cualquier caso, los vecinos reivindican la vuelta a una línea que efectúe un trayecto circular como el que hacía la línea 31, servida por un vehículo híbrido o eléctrico, de dimensiones adecuadas y periodicidad más espaciada para hacerlo compatible con la peatonalización, como única salida razonable para compatibilizar las necesidades de transporte desde el centro de la ciudad al Albaicín para el gran número de personas mayores o con problemas de movilidad que en él habitan.

El vehículo llegó al barrio el pasado 18 de mayo. Se vendió como no contaminante, poco ruidoso y de tamaño reducido. A pesar de sus envidiables características nunca convencieron a los vecinos que, desde su puesta en marcha, mostraron su rechazo. Insisten en que el modelo no satisface a la mayoría de los residentes y piden que dejen las líneas de autobuses pequeños. Aunque saben que hacer cambiar de opinión al Ayuntamiento no es fácil, la plataforma SOS Albaicín mantendrá las protestas.

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