No hay vuelta de hoja: el camino que recorren los alimentos desde las manos de los agricultores hasta la mesa de los consumidores no sale barato para ninguno de los dos extremos de la cadena de distribución. Mientras que los agricultores y ganaderos tienen que contentarse con un precio en origen bajo mínimos -muy condicionado por las presiones de las grandes superficies-, los consumidores acaban pagando en supermercados, fruterías, pescaderías y carnicerías un precio que multiplica de forma exponencial su coste original. El último Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos (IPOD) publicado por la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (COAG) y las organizaciones Unión de Consumidores de España (UCE) y Ceaccu no deja lugar a dudas. Desde el campo hasta la cesta de la compra, los alimentos multiplican por cuatro (4,16, para ser exactos) su precio.

Los productos agrícolas son los más afectados por este incremento desmesurado de los precios que impone la cadena de distribución. Frutas, verduras y hortalizas arrojan un Índice de Precios en Origen y Destino del 4,44 y, en la lista de los productos alimentarios con más incremento de precios, son los agrícolas los que ocupan los diez primeros puestos.

Por encima de todos destacan los calabacines, por los que los agricultores reciben únicamente 0,16 euros el kilo mientras que los consumidores pagan 1,34 euros, lo que significa que el coste de estos productos se multiplica por 8,38 desde el productor hasta los compradores finales. En el 'top ten' de productos con precios destino elevados respecto al origen el segundo puesto lo ocupan las cebollas, que pasan de 0,15 euros el kilo a 1,05, tras sufrir un incremento de los precios que multiplica por 7 el coste final. Las nectarinas, los pimientos verdes, los ajos, las zanahorias, las aceitunas, los melones, los melocotones y las naranjas completan el ranking. En ninguno de los casos el incremento de los precios desde el origen hasta el destino es inferior al 300%.

En el caso de los productos ganaderos, el IPOD se situó en agosto en el 3,05, lo que implica que los precios se triplican desde que salen del campo hasta que llegan a las mesas de los consumidores. El incremento más destacable es el que sufren los conejos, que se pagan en origen a 1,65 euros por kilo, mientras que en destino el coste supera los 5,49 euros.

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