Granada

Lo trabajadores ponen en jaque el tramo 'mimado' de la A-7

  • La veintena de empleados del Lobres-Molvízar paran sus tareas porque no cobran desde el mes de noviembre Un caso típico de entresijos legales entre una subcontrata y otra los ha dejado 'atrapados' en la obra sin sueldo

Si hay un tramo que el Gobierno quiere poner en marcha en la A-7 antes que ninguno, puesto que supondrá unir la Costa Tropical con Málaga, con las correspondientes implicaciones turísticas y de otros sectores, es el de Taramay-Lobres. Sin embargo, una veintena de ferrallistas empleados en el subtramo Lobres-Molvízar pusieron en jaque ayer los planes de todo un Ministerio. Estos trabajadores se plantaron ayer y decidieron no seguir con sus tareas, ante la falta de pago de una subcontrata de otra subcontrata, en un caso típico de entresijos legales que dificultan y, en muchos casos, diluyen la responsabilidad. Ellos no quieren saber nada de eso: "Lo único que queremos es que nos paguen", señaló el portavoz del grupo, Francisco Jódar, aunque todos apoyaban con comentarios sus palabras.

En los hogares de estas familias (todos están casados y tienen hijos) no entra el dinero desde noviembre, mes en el que recibieron su salario parcialmente. "Y las perspectivas que tenemos es cobrar febrero el 20 de marzo", manifestó uno de los trabajadores, por lo que la desesperación hizo el resto para influir en que ayer decidieran no seguir con su tajo. "Esas dos piezas de hierro tenían que haberse subido en el viaducto y no se han alzado, nosotros no seguimos con nuestro trabajo porque no nos pagan, y si eso significa que se tenga que parar la autovía, pues que se pare", argumentaron.

El jefe de obra se pasó por allí para advertirles de "los millones que cuesta tener esa grúa parada" y una llamada telefónica les 'advirtió' de que su actitud les costaría el empleo. Su cometido es preparar las estructuras metálicas que servirán de apoyo para el hormigonado del viaducto de la rambla de Molvízar. "Sin embargo, nadie ha reparado en que no cobrábamos, ni la labor de los ferrallistas", increpó el portavoz.

"De todas formas, no tenemos nada que perder, porque no nos pagan", añadieron. En el grupo que ayer se encontraba bajo la caseta, de brazos cruzados, desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde, también había despedidos. Con acento rumano, uno de ellos comentó que les habían prometido en Navidad que si renunciaban a todos sus derechos, les volverían a llamar, algo que no ha ocurrido. El resto no habla mejor de sus condiciones: "Llevamos trabajando unas treinta personas para las empresas de Juan Castro entre dos y tres años, y durante todo este tiempo nos han hecho echar unas diez horas diarias por mil euros". A continuación, detallan que cobran 6 euros por hora y que no tienen derecho ni a cobrar las horas extra. "Incluso nos han hecho firmar papeles de que habíamos recibido pagas que no hemos visto nunca", desvelaron. Sin embargo, se apresuran en aclarar que la nueva empresa, Ferrallas Linares, de la que dependen desde hace poco, no tiene la culpa de nada, porque el impago corresponde a las anteriores.

El entramado de contratación comienza con FCC, adjudicataria del tramo Lobres-Taramay de la Autovía del Mediterráneo, que a su vez lo subcontrató con Armacentro SL, con sede en Alcalá de Henares (Madrid). Esta última hizo también lo propio con Montajes Jaysa, de Camarma de Esteruelas (Madrid) y, después de que esta última quebrara, le sucedió Ferrallas y Encofrados Forcamar SL, que también tiene la sede en Camarma de Esteruelas (Madrid), sólo que en otra dirección, y también cerró por problemas de liquidez. De ahí que ahora hayan sido 'repartidos' en otras subcontratas y, en su caso, están con Ferrallas Linares, de Córdoba.Sin embargo, insisten en que subsidiariamente la responsabilidad de pagarles debería recaer en cada uno de los naipes de esta baraja, hasta llegar a FCC, a pesar de que las que les adeudan las nóminas son Montajes Jaysa y Forcamar.

Todo ello según apuntan estos trabajadores, que ayer confesaron no tener nada que perder, puesto que "nos hemos quedado en la calle, por reclamar lo que es nuestro". Uno de ellos, Juan Antonio, comentó: "Mira qué bonito regalo le hemos hecho a nuestras mujeres por el día de los enamorados, las hemos llamado y las hemos dicho: ¡niña!, que me van a despedir". Porque recalcan que todavía no han recibido ninguna notificación de despido, por lo que piensan seguir hoy en el mismo sitio de ayer. "Nos han dicho que nos pagarán los que nos deben, nos liquidarán y fuera". Y es que dicen que ahora mismo "nos cuesta dinero venir a trabajar".

A pesar de la preocupación obvia, lo que más les importa en este momento es que en sus casas han llegado ya cartas de morosidad e incluso de desahucio… "Veremos a ver si a alguno no se nos va la cabeza, porque estamos desesperados", comentó uno de ellos. Y otro pidió expresamente que su frase tuviera difusión: "Nosotros estamos así porque hay muchos chorizos en España para tan poco pan".

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