El proyecto de construir en Granada una planta de vacunas contra la gripe, que iba a poner a la provincia como primer productor del país de dosis inyectables contra el virus estacional y pandémico, está parado y a la espera de financiación. Tras 19 meses de la firma del último convenio -rubricado en Granada el 26 de septiembre de 2011-, el único avance ha sido estratégico con la creación de la alianza empresarial que va a desarrollar el proyecto, Alentia Biotech, entre las farmacéuticas Rovi y Ferrer con la colaboración de Novartis. Pero ni un avance en los trámites urbanísticos ni de obras para levantar la planta, que se iba a convertir en la novena del mundo y que iba también a exportar a Latinoamérica y el Norte de África con una capacidad de producción de 40 millones de dosis, para lo que se generarían más de 100 empleos.

Ahora, según ha podido conocer este periódico, todo está condicionado al reparto de fondos europeos. Las obras tendrían que haber comenzado a los nueve meses de firmar el convenio -por tanto en junio de 2012- y todavía no se ha movido ni un ladrillo en el Parque Metropolitano de Escúzar, donde se ubicará la planta por la imposibilidad de hacerlo en el PTS.

Fuentes de Alentia Biotech y Rovi confirmaron ayer a este periódico que todo está igual, es decir, que no hay avances en cuanto a la obra. Lo que está en camino es la actividad de la compañía como tal, que ya ha hecho avances en cuanto a las licencias de vacunas. Pero llevan esperando desde hace meses una reunión con la Junta de Andalucía, que es quien tiene ahora la pelota en su tejado. De hecho, todo el proyecto e informe de la planta está realizado pero pendiente de firmas.

Desde la Junta de Andalucía -que firmó el convenio con Rovi con la implicación de las consejerías de Salud e Innovación- confirmaron ayer a Granada Hoy que esa reunión está pendiente de celebrar pero que esperan que sea en próximas fechas. En ella se analizará la vía de financiación de la planta. Y la condicionan principalmente al Fondo Tecnológico, que tiene que llegar a Andalucía a través de fondos europeos que reparte el Gobierno central.

Por tanto, las obras de la planta y la materialización por fin del proyecto dependen de la cantidad que reciba Andalucía de esos fondos. Y no se sabe cuánto será ni si habrá alguna penalización o condicionante de la cuantía por parte del Gobierno por asuntos como el cumplimiento del objetivo de déficit, que ha marcado otras ayudas.

En el protocolo de intenciones firmado, la Junta aportaba los terrenos y la construcción del edificio así como el equipamiento, lo que suponía una inversión superior a los 12 millones de euros a través de la Consejería de Innovación. La Consejería de Salud facilitaría el desarrollo de la nueva tecnología de producción. Con todo, aseguran que siguen apostando por el proyecto, que en su segunda firma de 2011 ya consiguió un aumento de la inversión, que pasó de 60 a 92 millones de euros.

Porque de la planta se habla en Granada desde 2009, que es cuando se firmó el primer protocolo de intenciones entre Rovi, la Junta y el Gobierno. Finalmente, por problemas con la búsqueda de socios para desarrollar el proyecto, tuvo que firmarse otro protocolo en 2011 ya con todos los implicados.

Por su parte en Escúzar, lugar elegido para la construcción de la planta, siguen esperando noticias de la empresa. En el Ayuntamiento no hay constancia alguna de solicitud de licencias ni de registro del proyecto en el área de Urbanismo desde que se sabe que se ubicaría allí. De hecho, tendrían que solicitar primero un permiso de movimiento de tierras y después las licencias de obras definitivas y de funcionamiento. Y aunque fuentes consultadas aseguran que se haría todo rápido dada la situación económica y lo que supondría el proyecto, no han recibido nada.

En el Parque Metropolitano también están a la espera. Ya había apalabradas y preparadas dos parcelas que se adaptaban a las medidas que necesita la empresa (que requiere entre 10.000 y 20.000 metros cuadrados) pero tampoco saben más, "desgraciadamente".