Granada

La Alhambra blinda el recinto con 50 cámaras y un centro de control

  • El Patronato argumenta la necesidad de implantar la videovigilancia en su carácter monumental y en que cuenta con el protocolo de actuación en materia de terrorismo desde que fue objetivo en el año 1999

Nueva cultura de la seguridad en la Alhambra que, en sólo unos meses, contará con un sistema de vigilancia integral, más eficaz y humano. El Patronato de la Alhambra y Generalife se encuentra inmerso en la renovación de su sistema de seguridad, al igual que otras tantas parcelas del recinto que tienen su particular puesta al día.

La punta del iceberg de esta nueva concepción de la seguridad reside en la instalación de un total de cincuenta cámaras de videovigilancia, aunque también integra los mecanismos ya existentes y los aúna en un centro de control de datos a efectos de sistematizar lo procesos de evaluación.

Según explicó la directora del órgano que gestiona el monumento nazarí, María del Mar Villafranca, el objetivo es implantar "un sistema del que cuelgue una serie de subsistemas que han funcionado en la Alhambra y lo seguirán haciendo". Esta "nueva cultura de la seguridad" supone una inversión de más de un millón de euros y, en palabras de la responsable, "atiende tanto a la organización del conjunto monumental como al propio visitante".

Supervisada de forma meticulosa por la Dirección General de Política Interior de la Junta de Andalucía, que informó favorablemente los pliegos, la videovigilancia en el recinto se fundamenta en la necesidad de garantizar la protección de un monumento que es Bien de Interés Cultural y que, por lo tanto, debe ser protegido de posibles actos vandálicos y el intrusismo, entre otros muchos riesgos.

Así, a diferencia del proyecto de videovigilancia para el centro de la ciudad -que desató el debate público entre libertad y seguridad y que de momento ha sido rechazado por la Comisión de Garantías de la Videovigilancia del Tribunal Superior de Justicia-, la instalación de cámaras en el recinto es necesaria. Más aún si se tiene en cuenta que la Alhambra cuenta con el protocolo de actuación en materia de terrorismo, ya que en el año 1999 fue objetivo terrorista.

Villafranca admite que "es un handicap que tiene el monumento", al igual que muchos otros destinos turísticos y culturales de España. "Tenemos nuestro protocolo y lógicamente yo estoy avisada de la circunstancia. Pero el monumento ha tenido seguridad desde siempre; es algo que además le afecta y que está muy regulado desde hace mucho tiempo", aseguró.

El plan, que cuenta con varias fases de implantación, prevé la puesta en marcha de medio centenar de cámaras en los próximos meses, si bien la instalación de videovigilancia se irá haciendo de forma paulatina. De momento, ya funciona -a modo de prueba- cerca de una veintena, repartidas en la biblioteca y archivo, la zona de taquillas, el Museo, el acceso a los Palacios Nazaríes y la Puerta del Libro.

Las cámaras son de última generación, por lo que posibilitan amplios desarrollos angulares y una mayor calidad en la visualización de los registros. Villafranca precisó que los tornos se integrarán de forma adecuada en el entorno, si bien apuntó que hay zonas que no permiten la instalación de cámaras. En cualquier caso, el pliego técnico dispone de "precisiones de tal calibre que no hay problemas" al respecto y, además, son cámaras pequeñas que no tienen un gran impacto.

Cada subsistema informático formará parte de un mismo centro de control de datos. En ese centro, que estará ubicado en el edificio del nuevo museo, se llevarán a cabo todos lo procesos de evaluación del propio sistema. Una unidad de seguridad, compuesta por un jefe y dos ayudantes, se encargará de esta tarea. En opinión de Villafranca, "así apostamos por un enfoque más humano de la seguridad" que, a la vez, "permite un mejor control, no tanto en cantidad como en calidad", y "podría ayudarnos en muchas ocasiones en las que necesitamos un registro del que no queda constancia".

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