Los barrios históricos del Albaicín y el Realejo tendrán en breve nuevas restricciones para el tráfico. Se convertirán en un "perímetro especialmente protegido" de la ciudad donde estará prohibido el paso de vehículos pesados y de grandes dimensiones, como los autobuses y camiones que actualmente acceden para llevar turistas o mercancías a los comercios y negocios.

El Ayuntamiento de Granada prepara una nueva Ordenanza Reguladora del Control de Accesos que sustituirá a la actual, de 2004, y que permitirá avanzar en el proceso progresivo de peatonalización y de restricción del tráfico en las zonas históricas de la ciudad, que son el Realejo, el Albaicín y el Centro.

La nueva Ordenanza introduce novedades en la regulación actual de las zonas restringidas (autorizaciones, carriles bus, cámaras, pilonas, callejero...) y crea por primera vez ese perímetro especial del Albaicín y el Realejo donde se regula al acceso de vehículos de transporte discrecional de viajeros y mercancías, "a fin de evitar tanto los problemas derivados de su circulación como los posibles daños en pavimentos e instalaciones municipales", según el documento. La concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Granada, Telesfora Ruiz, explicó que esta medida es necesaria porque hay incluso vídeos grabados en calles del Albaicín donde se demuestra que el tráfico de los vehículos grandes "pone en riesgo la vida de personas".

La nueva norma estipula unos límites de peso y tamaño de los vehículos permitidos. Los dedicados al transporte de mercancías no podrán tener un peso mayor de 5.000 kilogramos. En general, tanto los de reparto como los de transporte de viajeros, tienen una limitación de longitud de 7,5 metros y una anchura máxima de 2,05 metros para el Albaicín y de 2,20 metros en el Realejo.

Estas dimensiones y pesos máximos, en la práctica, afectan sobre todo a los camiones de reparto de las empresas que suministran mercancías a los establecimientos de hostelería y comercio. Y también a los autobuses que llevan a turistas y a escolares al Realejo.

Hay una excepción a estas limitaciones, que es la de los vehículos de los servicios municipales cuando estén en horas de trabajo, como el transporte público o los camiones de recogida de basura. No obstante, la concejal explicó que ya está adaptada la flota de estos barrios, donde desde hace años circulan microbuses.

Para evitar un grave problema y perjuicio económico para los negocios, tanto los de transporte como los que están instalados en estos barrios, el Ayuntamiento ha previsto un periodo especial transitorio de dos años. La idea es que durante ese tiempo las empresas que prestan servicios de transporte turístico y de mercancías vayan adaptando progresivamente su flota a las magnitudes de peso y las medidas adecuadas para circular por las zonas protegidos.

La nueva ordenanza ha sufrido una serie de modificaciones en los últimos meses, para adaptarse a todos los supuestos, pero está previsto que se someta a la votación del pleno de este mes. De este modo podría estar en vigor el año próximo.

Además de estas restricciones especiales de acceso al Albaicín y al Realejo, la Ordenanza incluye novedades como una nueva clasificación y condiciones en todos los supuestos en los que se pueden dar autorizaciones a residentes, arrendatarios, propietarios, minusválidos o suministradores, entre otros.

Hasta ahora la relación de posibles beneficiarios era más limitada, pues solo había dos supuestos: el propietario residente y el alquilado. Ahora se desglosan también las autorizaciones permitidas a propietarios no residentes, minusválidos, familiares de dependientes residentes, empresas de suministro, transporte colectivo, vehículos para obras, mudanzas, reparaciones urgentes o servicios funerarios, coches nupciales y clientes de hoteles.

Este último caso estaba regulado con un decreto, pero ahora se formaliza en la ordenanza el sistema informático del que disponen los hoteles.