El prohibitivo precio de la electricidad ha devuelto a las casas ese desasosiego propio de los abuelos cuando veían una luz encendida en una habitación vacía. Esta obsesión también invade el despacho del concejal de Medio Ambiente, consciente de que buena parte del presupuesto municipal se va en pagar los costes de electricidad (más de cuatro millones de euros al año).

Puestos a pensar medidas de ahorro, el Ayuntamiento ha instalado un reloj astronómico que controla por vía telemática los 330 cuadros de luz de la capital. El sistema es capaz de detectar los índices lumínicos de la ciudad y sólo enciende las farolas cuando está anocheciendo. De ahí que unos días la luz se encienda a las 18:17 otros a las 18:20 o a las 18:23.

Este trabajo, que antes se hacía manualmente por sectores, permite ahorrar 6.000 euros de luz al minuto en la ciudad. Juan Antonio Mérida, concejal de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Granada, explica que el sistema se rige en función de la hora a la que sale y se pone el sol, que cada día es distinto.

La novedosa técnica tiene, además, la facultad de avisar automáticamente con una alarma cuando cualquier zona de la ciudad sufra un apagón o una avería, en lugar de ser los propios ciudadanos o la Policía Local los encargados de ello. También permitirá conocer al instante cuándo una calle queda iluminada de forma errónea durante el día para que los operarios municipales acudan a apagarla y conseguirá que el encendido y apagado sean totalmente simultáneos.

Pero el ahorro va más allá de la propia ciudad. De hecho, desde hace meses las farolas de la Circunvalación se encienden de manera alterna a partir de las doce de la noche, es decir, hay dos farolas encendidas y una apagada. "Hay que intentar tomar medidas de ahorro aunque sin que se resienta el servicio", explica el concejal de Medio Ambiente, quien adelanta que ya están trabajando en un proyecto para intentar cambiar la intensidad de las farolas en función de la hora. De esta forma se plantea que el encendido de las farolas comience al 100%, con un consumo de unos 120 vatios y que se pueda ir reduciendo hasta los 29. La medida se está probando de manera experimental en el Albaicín y en el centro, aunque la idea es irlo extendiendo a toda la ciudad.