Granada

Dime qué bebes y te diré cómo eres

  • Perfil del consumidor español. Tiene entre 35 y 40 años, reside en una ciudad y es bebedor sobre todo en celebraciones, salidas a restaurantes y en reuniones de amigos

EN junio de 2007, el Ministerio de Agricultura publicaba el documento-marco Estrategia Vino 2010. En él, y con el consenso de los diferentes actores del sector vitivinícola español, se establecía la creación de un Observatorio -organismo con participación pública y gestión privada- como vía para fomentar el desarrollo y adaptación de las empresas vinícolas españolas a los mercados interior y exterior. Así nació el Observatorio Español de los Mercados del Vino (OeMV). Fue éste quien, en 2009, encargó a la prestigiosa consultora Ac Nielsen un estudio sobre la tipología del consumidor de vino en España con el objetivo de ayudar a las bodegas a definir sus estrategias comerciales y de comunicación según el perfil del consumidor.

El resultado del estudio fue sorprendente. Primero, porque a pesar del descenso tan preocupante del consumo de vino en España, el 60% de los mayores de 18 años (unos 22,5 millones) se consideran consumidores de vino. Y de ellos casi 18 millones se ven como consumidores habituales. Y segundo, porque se vio claramente que no existe un tipo de consumidor, sino varios, cada uno con unas características definidas por sus hábitos y preferencias. Hay algunos rasgos comunes: por ejemplo, el consumidor español de vino lo es, generalmente, de tinto, detrás vienen los blancos, los espumosos, los rosados y los generosos. El perfil sociodemográfico del consumidor español es hombre, aunque las mujeres representan ya un 43%. En una semana media típica, el español reconoce beber unas 5,3 copas de vino, frente a unas 4,5 cañas de cerveza. Los momentos de consumo son las celebraciones, las salidas a restaurantes y las reuniones en casa con amigos. Muy pocos consumen vino diariamente con las comidas. La mayoría realiza sus compras en hipermercados más que en vinotecas y tiendas especializadas. Es curioso el bajo porcentaje de compras on line. La edad media de iniciación al consumo de vino es de 22 años. En general, se encuentra una clara tendencia a consumir siempre las mismas marcas, por considerarlas apuestas seguras: el consumidor español es bastante conservador. Casi el 90% considera que el consumo moderado de vino es beneficioso para la salud. Y otro dato relevante: salvo en La Rioja y en Castilla León, el consumidor no muestra apego por los vinos de su propia región. ¿Será verdad que nadie es profeta en su tierra?

Estudiando los puntos comunes y también las diferencias, este estudio ha dado lugar a lo que se ha llamado 'el genoma de los consumidores españoles'. Dígame qué bebe, cuándo y cómo y le diré a qué grupo pertenece.

El llamado 'consumidor tradicional' es el que reconoce que el vino ha estado presente en su vida desde la infancia y fue educado en el consumo del vino en el entorno familiar. Es su bebida preferida, que consume a diario (unos 52 litros al año). Este tipo de consumidor representa un 6,9%. Sus hábitos están bastante definidos en cuanto al tipo de vino, origen y marcas. No es muy dado a probar cosas nuevas y está condicionado por muchos estereotipos: prefiere los tintos con crianza a los jóvenes, considera los rosados 'vinos para mujeres' y los espumosos solo aptos para brindar. Cree saber bastante de vinos aunque solo maneje algunos conceptos con soltura.

El consumidor definido como 'urbanita inquieto' (un 7,6%) se inició en el consumo del vino en el ámbito familiar pero su evolución social y el hecho de residir en grandes ciudades con una amplia oferta de productos, ha hecho que sus gustos hayan ido evolucionando y consume todo tipo de vinos y con frecuencia (unos 51 litros al año). Tiene un alto nivel de conocimiento y de interés que alimenta leyendo revistas especializadas y el vino es tema frecuente de conversación con sus amigos. Está abierto a los cambios y a la innovación y muestra cierta preferencia hacia los vinos frescos.

Los 'trendy' son los seguidores de modas y tendencias, y el aprendizaje y cultura del vino es una de ellas. Representan el 26,4% de los consumidores y dan gran importancia al vino, al que consideran una proyección de su imagen, aunque comparten su consumo con la cerveza. Prefieren los tintos y el precio es un factor fundamental en la elección. Se consideran a sí mismos conocedores pero les gusta pedir consejo al sumiller en el restaurante. Si viaja a una región productora, gusta de visitar sus bodegas.

Otro grupo lo conforman los consumidores 'rutinarios' (21,5%). No se consideran entendidos, solo consumen los fines de semana y en vacaciones acompañando las comidas y dan mucha importancia al precio. Prefieren los vinos suaves y no les van ni los blancos ni los rosados. En un restaurante dejan que los demás elijan el vino o toman el vino de la casa.

Los llamados consumidores 'ocasionales interesados' (un 24,5%) pese a no tener un consumo frecuente (consumen una media de 32 litros al año) muestran gran interés por el vino y el vino tiene para ellos un fuerte componente social, vinculado a momentos de ocio, diversión y reuniones con amigos. Les gustan los tintos jóvenes y valoran positivamente los blancos y rosados. Se muestran abiertos a los cambios y la innovación.

Por último están los consumidores 'sociales', que representan un 13% (con un consumo de 18,7 litros al año). El vino no forma parte ni de sus hábitos de consumo ni de compra. No muestra interés por el vino, admite su desconocimiento del mismo y no muestra necesidad de conocer más. Tampoco tiene muchas reticencias ni concede gran importancia al precio. Gusta de vinos sin complicaciones, suaves y frescos.

¿Con cuál de estos grupos se siente usted más identificado?

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