Granada

'OPA amiga' de los vecinos del Albaicín para quedarse con el Centro del Gallo

  • Las asociaciones del barrio se disputan ya los locales que estarán disponibles con el traslado de los servicios sociales al Ave María

Aunque todavía alberga los servicios sociales del barrio del Albaicín al centro del Gallo no paran de salirle novias. Son muchos quienes desean poder utilizar alguno de los locales que quedarán libres antes de verano con el futuro traslado a las Escuelas del Ave María. Así, numerosos artesanos, belenistas, empresarios de hostelería y otros colectivos granadinos ya se han interesado por este espacio, que en un principio se configuró como zoco de artesanía que terminó dedicado a otros menesteres.

Así lo relató ayer a Granada Hoy el concejal de Bienestar Social y Familia, Fernando Egea, que afirmó que todavía se está detallando cómo se gestionará este edificio. Según explicó, algunas de las organizaciones que ya alberga El Gallo, como la Asociación de artesanos o la de empresarios de hostelería del Albaicín ya han manifestado su deseo de ampliar sus instalaciones aunque también hay otros colectivos interesados en mudarse a este enorme centro. "La idea es abrir el espacio a otros artesanos, aunque para eso primero tendremos que llevarnos los Servicios Sociales al Ave María. Lo que pase ya en El Gallo será decisión del área de Patrimonio porque también se está pensando en ofrecer los despachos a otros colectivos", dijo Egea, y afirmó que de esta forma, el centro aspira a convertirse en un auténtico espacio de usos múltiples.

En estos momentos en El Gallo hay instalados seis artesanos que llevan trabajando desde hace dos años aproximadamente. Uno de ellos es el orfebre Manuel Martín especializado en trabajos religiosos y de restauración. En estos días el taller tiene mucho ajetreo, la Semana Santa está cerca y mientras habla no deja de soldar unos cascos que ha elaborado cuidadosamente para una de las bandas granadinas. "Antes de instalarme aquí trabajaba en un local que fundó mi padre en 1955 y donde luego yo continúe". Sin embargo desde 2011, Martín acude cada día a su taller ubicado en El Gallo junto con otros artesanos ubicados en otros cinco locales. Bordado, taracea, o esmaltes son algunos de los trabajos de enorme tradición que estos artistas de lo antaño elaboran minuciosamente cada día. Artesanía a la que pronto se sumarán los faroles granadinos de Miguel Serrano que ocupará próximamente uno de los locales. "Cuando uno de los artesanos se va, cedemos el espacio atendiendo a la lista de espera", remarca Martín, que afirma que pronto también se instalará una restauradora.

Tanto Manuel Martín como Miguel Serrano están de acuerdo en los beneficios que les traerá el traslado de los servicios sociales si de verdad las salas vacías se ocupan con personas capaces de elaborar con gran maestría piezas únicas para que la labor nunca se pierda. Lo contrario sería un error, o al menos eso piensan ellos, pues son muchos los que, después de interesarse por un local, no han ido a trabajar ni un solo día, por lo que han tenido que buscar a otra persona para cubrir su puesto.

Por eso ellos han puesto algunos requisitos para optar a uno de los locales ya cedidos por el Ayuntamiento como trabajar con técnicas artesanales para que las tradiciones granadinas no se pierdan. En este sentido, tanto Martín como Serrano reconocen que les encantaría que se instalase la Asociación de belenistas, algo que ya se ha hablado. "También estamos intentando que venga gente joven para enseñarles cómo trabajamos, que conozcan las artesanías que se siguen haciendo en Granada para que continúen", remarcan. Además, para mostrar su obra, tienen previsto realizar varias exposiciones e incluso, han pensado en pedir los permisos para la instalación de una Cruz el tres de mayo, iniciativa con la que esperan dar a conocer el espacio al máximo así como sus obras gracias a una exposición.

En otro de los locales, Antonio Megías, del barrio del Sacromonte, se encarga de confeccionar telas alpujarreñas con un telar especial de más de cien años de antigüedad. Megías relata que fue su hermano quien le enseñó hace años esta técnica tan tradicional que ahora él ha retomado. Ahora le gustaría enseñar a alguno de sus familiares su oficio que tiene éxito, sobre todo entre los más curiosos. Por otra parte, Francisco Heredia elabora guitarras españolas. Un negocio que ahora, como todos los mencionados con anterioridad, está cada vez más resentido por la crisis. Según detalla, la madera necesaria para la elaboración de las guitarras es cada vez más cara y tampoco la gente invierte en música. Así, todos ellos, desean por un lado la llegada de otros artesanos al Gallo, para establecer sinergías, aprender e incluso enseñar estos oficios. Pese a todo, habrá que esperar hasta junio para ver qué pasa finalmente.

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