Aunque ahora hay más conciencia, el problema es que hay menos dinero. La crisis ha afectado también al mundo animal o por lo menos al de los refugios de acogida de animales, donde los voluntarios tratan de suplir con esfuerzo e imaginación las nuevas carencias.

Uno de ellos es la Asociación de Amigos de los Animales, que posee su sede en Albolote. En la actualidad cuenta con 30 personas en funciones de cuidado o socios activos, aunque socios económicos tiene 50 o 60. "Con sus cuotas se mantiene la asociación, porque subvenciones no recibimos ninguna", explica Natán Blanco, de 36 años, pedagogo y responsable de la asociación, que señala que "ahora, con la crisis hay menos ingresos y más perros".

A diferencia de otras comunidades autónomas, que reciben subvenciones de la entidad autonómica y del Ayuntamiento, los refugios aquí no reciben ayudas y las administraciones competentes sí son partidarias del sacrificio. Es más, algunas residencias caninas hacen las veces de perrera municipal, un negocio tan desagradable como rentable. Las administraciones pagan una cuota por animal recogido, que se mantiene con vida 10 o 15 días, para después sacrificarlo.

En concreto, Maite Castrejón, presidenta de Ladridos Vagabundos, explica que los encargados del sacrificio son De Lagos, en Ventas de Huelma para los pueblos granadinos, y Dog House, en la carretera de Dílar, que como explican en su propia página web, desde 2008 ejercen como albergue municipal del Ayuntamiento de Granada, Cenes de la Vega, así como el servicio de recogida del Patronato Municipal de la Alhambra. "Siendo nuestra prioridad la adopción antes que la eutanasia animal, en 2010 se constituyó la asociación para la protección de animales Segunda Oportunidad, que realiza su inestimable labor en estas instalaciones", relatan en su página web, una afirmación que despierta el recelo en otros refugios de protección animal, que ven en esta figura legal otra forma de generar ingresos en una empresa que practica el sacrificio.

Por lo menos Amigos de los Animales cuenta con un benefactor que les ha cedido los terrenos para el refugio y que también se hace cargo a veces de los pagos de luz y agua: la Fundación Francisco Carvajal. Sin embargo, como la mayoría de las instalaciones de la provincia, están saturados, por eso han extendido su labor por las casas de acogida para mantener animales que no pueden estar en el refugio, como los cachorros.

En concreto, en Amigos de los Animales tienen más de 100 perros en el refugio, la mayoría de tamaño mediano o pequeño, aunque también hay bastantes grandes. La cifra se duplica si se tienen en cuenta también los canes en casas de voluntarios, donde también hay 50 gatos. Ladridos Vagabundos cuenta con 65 perros en el refugio y 20 en casas, más 17 gatos.

En estos refugios granadinos al menos no se está dando el problema de otros centros españoles, que están viendo aumentar los abandonos de las razas grandes, más costosas de alimentar.

También, además de detectarse un aumento de casos, hay un cambio de perfil en los propietarios que abandonan, como personas que se ven forzadas a cambiar de casa.

Natán Blanco explica que las casas de acogida cada vez están aumentando más, entre otras cosas porque es la opción más barata. "Hay voluntarios que sólo tienen un perro y otros una camada entera de cachorros. Resultan de mucha ayuda si los refugios están llenos mientras se busca una adopción", explica el responsable de Amigos de los Animales.

Como casi todos los refugios de España, la mayoría de las adopciones llegan del extranjero, sobre todo de Alemania, donde se exportan buena parte de los canes que aquí no encuentran dueño, pero también Holanda e Inglaterra. "Las adopciones han bajado en España desde la crisis", explica Castrejón.

Adoptar un perro en Amigos de los animales cuesta 120 euros pero el animal sale ya con todas sus vacunas, el microchip y esterilizado, un precio inferior a lo que cuestan estos tratamientos en cualquier veterinario, por lo que sólo cubren gastos. Pero no sólo se subvencionan con las cuotas de socios, además los refugios de Granada y provincia consiguen fondos con mercadillos solidarios, fiestas benéficas y campañas en las redes sociales, donde suelen ofrecer sus perros para adopciones.