"No sólo es cuestión de justicia, también de sentido común". Con estas palabras, el director de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), Carlos Artundo, expuso ayer la necesidad de poner coto a los recortes en la atención sanitaria a los inmigrantes, y lo hizo en la presentación de la quinta edición de la Conferencia Europea sobre salud de migrantes y minorías étnicas, que se celebra en Granada desde hoy hasta el próximo sábado día 12 y que lleva por título La Salud y el acceso a la atención sanitaria de los inmigrantes y las minorías étnicas en el contexto de la actual crisis sistémica en Europa.

Artundo fue claro. "Cuando las personas no tiene garantizada la atención sanitaria, se llega tarde al tratamiento de esa patología y eso es más caro". Otro de los argumentos de peso que expuso contra los recortes en la atención sanitaria que sufren desde 2012 los inmigrantes es que dejar sin tratamiento determinadas enfermedades "puede poner en peligro" la salud del resto de la comunidad en la que vive esa persona enferma. Tuberculosis o sida son dos patologías que Artundo puso como ejemplo de lo que puede ocurrir si no se invierte en tratar y prevenir estos males. "La tuberculosis es una enfermedad social que tiene mucho que ver con las condiciones de la vivienda en la que se reside, y si no se trata es una bomba".

Esta llamada de atención de los profesionales surge como respuesta a las políticas llevadas a cabo por gobierno europeos -incluido el español- que ante la crisis económica han optado por "una tendencia regresiva en la atención sanitaria", que repercute en los colectivos, precisamente, más desfavorecidos, como son inmigrantes o minorías étnicas. "En mayo de 2012 se aprobó el Real Decreto que limita la atención a inmigrantes indocumentados, una medida que no tiene ningún sentido", explicó el director de la EASP, que apuntó que "hay que exigir el derecho a la atención sanitaria" y que espetó "hágase política en base a lo que conocemos", es decir, con la opinión de los expertos.

Para fundamentar esa petición se elaborará la Declaración de Granada, que servirá de colofón de la Conferencia Europea, en la que participarán unos 350 profesionales de Europa, Canadá, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Australia y se expondrán más de 320 comunicaciones científicas.