Granada

Prisiones vigila a un centenar de reclusos por riesgo de radicalización

  • Se trata de personas que profesan la religión musulmana y sobre los que se aplica un protocolo de control muy estricto

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior ha publicado un nuevo programa de prevención de la radicalización en las prisiones que, en el caso del penal de Albolote, se aplica a 104 reclusos. El documento tiene como objetivo marcar las pautas que impidan que las prisiones sirvan de punto de reclutamiento de adeptos a la ideología radical, una situación que el texto indica que "genera una creciente preocupación".

El secretario provincial del sindicato de funcionarios de prisiones Acaip, Gregorio Rodríguez, señala que en el caso de la cárcel de Albolote las indicaciones marcadas por Instituciones Penitenciarias se aplican en 104 internos. La mayoría son de nacionalidad marroquí (90), seguidos por argelinos (trece) y senegaleses (cuatro). Estos presos "están sujetos a un seguimiento especial", explica el representante de Acaip, sindicato mayoritario a nivel nacional y provincial.

Este control consiste en "recoger, analizar y sistematizar un conjunto de datos y variables relevantes para detectar y acotar procesos incipientes o consolidados de radicalización", se explica en el documento de Instituciones Penitenciarias, que se puede consultar parcialmente en la web de Acaip. Así, se examinan las relaciones de "algunos de los terroristas ingresados en prisión" con el resto de reclusos, las comunicaciones y visitas que reciben estos presos y aquellos "comportamientos indiciarios de prácticas constitutivas de riesgo".

En función del perfil del interno -que puede clasificarse como A, en el caso de los terroristas yihadistas, B o C- se pide una "específica motivación y justificación" para la concesión de permisos de salida, las propuestas de concesión a tercer grado o la concesión de la libertad condicional. También se incluye la posibilidad de la intervención de sus comunicaciones. "Resulta imprescindible recordar el necesario conocimiento y reseña de textos, grabaciones u otros sistemas de almacenamiento de audio o vídeo que pudieran contener reflexiones o discursos de autores radicales", se indica en la instrucción. También se indica que es "poco prudente" la ubicación de reclusos con "una peligrosidad elevada" en "talleres o actividades fuera del departamento".

De esta labor de control se ocupan los denominados "grupos de seguimiento", explica el delegado provincial de Acaip. En Albolote se cuenta con uno de estos grupos. "El seguimiento debe ser exhaustivo, pero es evidente que cuantos más presos hay más difícil es, porque el número de funcionarios es siempre el mismo", indica Rodríguez.

Sobre el perfil que tienen los reclusos susceptibles de ser tentados por radicales dentro de la prisión, el delegado de Acaip señala que suelen ser personas religiosas, con una formación en el Islam "muy arraigada", jóvenes y en una situación económica precaria que, en ocasiones, también afectaría a su familia. "Buscan a personas vulnerables", señala Rodríguez, que también reconoce que se trata de un fenómeno "complejo" sobre el que Instituciones Penitenciarias trabaja desde hace años.

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