El incendio en la Facultad de Derecho de Granada mantuvo en vilo a los granadinos durante toda la jornada. A ellos por los efectos en un edificio histórico y a miles de estudiantes -de este curso y sobre todo anteriores-, que veían con incertidumbre lo que pasaba en su 'segunda casa'.

Desde primera hora de la mañana de ayer estudiantes y curiosos se acercaba por la primera planta de la facultad para interesarse por su estado. Aquello era un ir y venir de obreros, bomberos, policías y personal de la Universidad, entre los que estaban también profesores de la Facultad a la espera de poder ver algo de reojo por la puerta de la biblioteca o de poder obtener una noticia de última hora.

La preocupación era más intensa entre los mayores que entre los jóvenes. Los primeros recordaban "las horas" pasadas en esta biblioteca, que recuerdan con "mucho cariño", e incidían en su valor histórico, mientras que los segundo estaban preocupados por si tendrían efectos en los exámenes de septiembre o si podrían seguir documentándose con libros de excepción para su formación.

La puerta de la biblioteca estuvo cerrada toda la jornada, con un vigilante de seguridad pendiente de que nadie se colara o se captaran imágenes. Era la orden mantenida por la Universidad para la prensa, aunque las redes sociales y los móviles hicieron que a última hora se colgara en Twitter una foto de cómo había quedado la biblioteca, lo que generó las reacciones una vez conocidos los efectos.

Porque aunque los fondos de valor se repitió por activa y por pasiva que no estaba dentro, el estado en el que quedó tras el fuego con las estanterías, mesas y demás muebles abrasados y los muros calcinados, obligaba a lamentarse por lo ocurrido.

No en vano, la biblioteca de Derecho es una de las que cuentan con mayores fondos documentales de toda la Universidad y guarda y atesora auténticas reliquias. Pero no sólo está el valor del contenido, sino también del continente. El espacio es el más antiguo de la Universidad de Granada tras el edificio del Rectorado en el Hospital Real.

De hecho, la zona afectada es del siglo XIX correspondiente al antiguo colegio San Pablo de los jesuitas y antes de ser facultad también fue sede del Rectorado. Y por sus pasillos han pasado personajes ilustres de la historia de España dada la importancia de la Facultad, de la que han salido abogados, políticos y jueces de prestigio. Incluso el mismísimo Federico García Lorca pasó por allí.

Por la zona también desfilaron ayer los vecinos, que por la noche se alertaron por lo que podría haber pasado. "Yo empecé a oler a quemado pero vi que no era mi edificio y no salí. Cuando me he enterado he venido corriendo", relata un vecino en la misma planta de la biblioteca.

Por la parte de atrás, la del jardín botánico, se veían también claramente los efectos del fuego. Los grandes ventanales de la primera planta tenían los vidrios rotos y todos los marcos afectados. En alguna salía incluso la mancha negra del humo en la fachada. Y se veía la ausencia del techo por los trabajos de rehabilitación.

Abajo, acordonado, un pequeño espacio en el que se veían los restos del fuego y alguna página de algún libro que había sido pasto de las llamas. "Yo estudié aquí y era preciosa", comentaba otra granadina, que no había podido reprimirse y se acercó hasta el lugar para verlo en persona.