Granada

La Alhambra y el Albaicín se abren para los granadinos

  • El Patronato prevé institucionalizar una jornada ciudadana tras la experiencia del Día del Patrimonio

El patrimonio se vive. Sólo así, mediante la "experiencia de vida", se llega a conocer, a valorar y a proteger. Ayer, la Alhambra y el Albaicín se abrieron a los granadinos para ser vividos. Para ser valorados más allá de su 'funcionalidad' como reclamos turísticos. La celebración oficial del 30 y el 20 aniversario de la declaración del monumento nazarí y el histórico barrio como Patrimonio Mundial por la Unesco demostró ayer que los granadinos quieren vivir su patrimonio, que se sienten orgullosos de su Alhambra universal, de su Albaicín inmortal.

La jornada de puertas abiertas en los dos grandes hitos del patrimonio granadino fue un éxito absoluto. En el caso de la Alhambra, medir ese éxito es realmente fácil: hace una semana, cuando se abrió el plazo de reserva de las visitas gratuitas para granadinos y residentes, las 7.600 entradas se agotaron en apenas cinco horas. Medir la afluencia de granadinos al Albaicín es mucho más difícil, pero ayer bastaba con pasear por sus plazas o visitar algunos de los monumentos e iglesias que abrieron sus puertas para la ocasión para comprobar que descubrir los secretos del barrio fue un reclamo irresistible para muchos. El Paseo de los Tristes era un hervidero, el teatro en la Casa de las Chirimías dio vida al emblemático edificio, y las centenarias iglesias del barrio se abrieron más si cabe para ser contempladas en todo su esplendor.

El acto de inauguración oficial del Día del Patrimonio Mundial escogió como escenario de excepción el patio del Palacio de Carlos V. Allí el director del Centro Unesco de Andalucía, Ángel Bañuelos, aseguró que "no se protege y no se aprecia lo que no se conoce", y recordó que "la participación ciudadana es el mejor aval para la recuperación del patrimonio".

La directora del Patronato de la Alhambra y el Generalife, María del Mar Villafranca, ya había dejado claro antes que el monumento quiere ser vivido. Y no sólo en ocasiones especiales. "Queremos institucionalizar una jornada ciudadana", apuntó Villafranca, que recordó que "el patrimonio es una experiencia de vida que nos reconoce como seres humanos".

En el acto institucional que abrió la jornada, tanto el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Granada, Juan García Montero, como la delegada del Gobierno de la Junta, Sandra García, destacaron la importancia que la "coordinación" entre las administraciones tiene para la conservación y la difusión del patrimonio. García recordó que "el acceso a la cultura es un derecho de las personas y que las administraciones tienen el deber de acercarla a la ciudadanía" con iniciativas como las de ayer, pensadas para "dar vida al patrimonio y conectarlo con las personas".

Por su parte, García Montero, que aseguró que la Alhambra siempre ha sido "un espacio mágico", indicó que la sustancial mejora que ha experimentado el monumento en los últimos 30 años no tiene que dar lugar al conformismo. "Se ha hecho mucho, pero tenemos que ser más ambiciosos para conseguir lo que la ciudad de Granada se merece".

El acto oficial, que precedió a varias visitas temáticas sobre la mujer, los jardines, el agua o las torres de la Alhambra, concluyó con una actuación del joven Juan Habichuela Nieto, con la que la Alhambra hizo un guiño a la otra gran efeméride del día: la declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial del flamenco.

Puesto que el de ayer era un día especial, el Patronato de la Alhambra y el Generalife se propuso que la visita al monumento también lo fuera. Al margen de la gratuidad y la oportunidad, la Alhambra abrió espacios que habitualmente están cerrados al público, como la Torre de la Pólvora, la Torre de los Picos, la Torre de las Infantas, la Puerta de los Siete Suelos, la Casa Nazarí, los exquisitos años de la Mezquita y el Mirador del pabellón sur del Generalife. Además, la programación para la celebración de sus 30 años como Patrimonio Mundial incluía recorridos temáticos sobre la conservación del conjunto monumental y su biodiversidad; y varias rutas de 'diálogo' con la Granada Nazarí que llegaban hasta el Palacio de Dar-al-Horra, la casa Morisca Horno de Oro, el Bañuelo y el Corral del Carbón.

Ante lo excepcional de la propuesta, los granadinos se volcaron con la Alhambra, de la que demostraron estar más que orgullosos. Las muestras de cariño y admiración por el incomparable monumento fueron la tónica del día. Puede que los granadinos no suban a la ciudad nazarí todo lo que deberían, que dejen la visita para cuando vienen familiares y amigos y que sepan menos de su monumento que muchos 'embajadores' de otras provincias, pero no hay ninguna duda de que Granada está orgullosa de su Alhambra universal.

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