Los inmigrantes tendrán avales municipales para alquilar un piso

Una partida de 18.000 euros facilitará a este colectivo el acceso a una vivienda

El Ayuntamiento apuesta por las viviendas sociales para los rumano ante la imposibilidad de alquilar pisos.
El Ayuntamiento apuesta por las viviendas sociales para los rumano ante la imposibilidad de alquilar pisos.
Ana González / Sevilla

06 de agosto 2008 - 01:00

Los propietarios de viviendas que decidan alquilar su piso a una familia inmigrante tendrán asegurado el cobro mensual del alquiler aunque el inquilino no pueda afrontar el pago de la renta. El Ayuntamiento de Granada (a través de Cruz Roja) actuará como avalista de aquellos inmigrantes a los que los Servicios Sociales le hayan hecho un continuado seguimiento corroborando su compromiso de responsabilidad con el arrendador.

Para hacer frente a este proyecto, el Ayuntamiento ha destinado una partida económica de 18.000 euros que servirá como aval para estas familias y que, casi con seguridad, quedará intacta puesto que la experiencia del proyecto el año pasado desveló que sólo hubo que ejecutar el aval en un caso. "Generalmente a los propietarios no les gusta alquilar su piso a los inmigrantes porque temen que no vayan a pagarles ya que hay pocos que tienen un sueldo fijo, sin embargo, la experiencia ha demostrado que son buenos pagadores", asegura la concejal de Familia del Ayuntamiento de Granada, Ana López Andújar, quien prevé que con este dinero se puedan avalar a unos veinte inmigrantes.

Para adscribirse a este proyecto los extranjeros que estén buscando vivienda y necesiten un aval deberán dirigirse a la oficina de atención al inmigrante. En ese momento los trabajadores sociales y el asesor jurídico se ponen en contacto con el arrendador y le explican cuál es el proceso a seguir. "Hacemos de intermediarios para hacerles ver a los propietarios que los inmigrantes son personas de fiar", explica la concejal de Familia.

La ayuda no es perenne, una vez que pasa el tiempo (en torno a seis meses o un año) y se demuestra que el inquilino no lo necesita, el aval desaparece, pasando a otra persona que lo necesite.

"Conforme van demostrando su solvencia, el aval desaparece. Son personas cuya mayor ilusion es traer a sus familias y reagruparse. Son buenas personas", señala la concejal de Familia.

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