Ciencia abierta

Un eclipse al alcance de la mano

  • Cada año se producen de dos a cuatro eclipses de Sol. A diferencia de los lunares sólo se observan en regiones concretas.

Los eclipses de Sol son fenómenos relativamente frecuentes aunque más raramente observables enel cielo; cada año se pueden producir de dos a cuatro eclipses de Sol, pero a diferencia de los lunares sólo son observados en regiones muy concretas del globo. Esto hace que en un determinado lugar únicamente se pueda observar uno cada varios años. A modode ejemplo, entre 2001 y 2050 se podrán observar 110 eclipses en alguna parte del mundo; de ellos únicamente se podrán ver 22 desde Granada, de los que únicamente uno será anular, el del 28 de enero de 2017; el resto serán parciales. Y todo ello suponiendo que las condiciones meteorológicas sean favorables.

Los eclipses constituyen uno de los pocos fenómenos astronómicos estudiados en los libros de texto que se pueden observar en el cielo sin grandes medios. Esto los hace especialmente motivadores para la enseñanza de las ciencias y los convierten en una importante herramienta educativa, máxime cuando se producen en horario lectivo. Y el eclipse del pasado 20 de marzo constituía una oportunidad única para ello. Podría ser incluso la primera vez que nuestros estudiantes más jóvenes observaran tal fenómeno.

Por otro lado, unas noticias aparecidas en determinados medios de comunicación hacían el fenómeno más interesante aún ya que planteaban la posibilidad de queel eclipse afectase a la producción de energía fotovoltaica en Europa; algunos incluso llegaban a pronosticar un apagón.

El eclipse tenía, por tanto, características que lo hacían único.No se veía nada semejante desde Granada desde el 3 de octubre de 2005; no se vería una ocultación similar del Sol hasta el 12 de agosto de 2016. Y lo más importante, tendría lugar en horario lectivo. Era una oportunidad que no se podía dejar pasar en nuestro centro educativo.

Lo primero era motivar al alumnado. Para ello se preparó un vídeo a modo de "trailer cinematográfico" que se proyectó en los días previos y en el que en poco más de un minuto se señalaban las circunstancias más notables del eclipse, incluyendo la posibilidad del apagón en Europa o las precauciones para una observación segura.

Paralelamente se trabajó con los diversos grupos el tema delos eclipses. El alumnado de primero de ESO construyó maquetas del sistema Sol-Tierra-Luna para comprender la geometría de los eclipses o cámaras oscuras para ver el eclipse mediante proyección. En las maquetas se insistió en considerar la inclinación del plano de la órbita de la luna con respecto al de la órbita terrestre para comprender por qué cada 28 días no se producen dos eclipses, uno de Sol y otro de Luna. En otros grupos se trabajaron diversos aspectos relacionados con los eclipses que quedaron plasmados en una serie de murales, realizados tanto en papel como en soporte informático.

Otro aspecto importante era ver si las condiciones meteorológicas serían las apropiadas para la observación del eclipse. Esto dio pie a una nueva actividad a desarrollar con el alumnado de primero de ESO, y fue estudiar el pronóstico del tiempo para el momento del eclipse desde varios días de antelación. En este sentido las predicciones, aunque coincidentes en general en los distintos medios consultados por el alumnado, mostraban pequeñas diferencias para las horas en las que se podría apreciar el eclipse. A medida que se acercaba el viernes, sin embargo, había una cierta esperanza de que se pudiera observar. En cualquier caso era una oportunidad única para que el alumnado trabajase contenidos propios del tema de la atmósfera con una motivación especial. Algunas conclusiones de los niños se pueden consultar en http://biolabzv.blogspot.com.es/2015/03/algo-maravilloso-va-ocurrir_13.html.

El día 20 se despertaba con cielos cubiertos; minutos antes de las nueve de la mañana, la hora en que comenzaría el eclipse, incluso llovía débilmente sobre Granada. Sin embargo el cielo se aclaró y permitió la observación del fenómeno durante la mayor parte de las más de dos horas que iba a durar. Dos eran las tareas previstas a realizar en el caso de que las condiciones fuesen favorables. Por un lado su observación; por otro lado se planteó una experiencia cuyo objetivo era dilucidar si, al menos desde Granada, decaería la producción de energía solar fotovoltaica a lo largo del eclipse.

La imagen proyectada por unos prismáticos, el reflejo del Sol eclipsado en un espejo pequeño sobre las paredes cercanas, la imagen proyectada en las cámaras oscuras preparadas por el alumnado o las múltiples siluetas que ofrece una paleta de cocina fueron los métodos más utilizados para la observación del eclipse. La observación directa fue posible con filtros homologados, aunque en este caso se insistía en observar únicamente durante unos segundos.

Finalmente, para comprobar de qué manera se afectaría se producción de energía eléctrica por el eclipse se dispuso de una placa fotovoltaica a la que se conectó un polímetro con la se midió el voltaje de la corriente eléctrica que producía a lo largo del eclipse. Se llevó a cabo un registro en el que se anotaba la hora, la lectura de polímetros y el estado de cielo, señalando cuando estaba nublado. Los resultados mostraron que la producción de energía fotovoltaica no se afectaba significativamente por el eclipse influyendo más sobre ello que el cielo estuviese nublado.

Tras días de incertidumbre finalmente fue posible la observación de un fenómeno que no volverá a producirse, al menos con la misma espectacularidad, hasta agosto de 2026. Una oportunidad única para que nuestro alumnado pudiera observar en directo un fenómeno que, al menos los más jóvenes, nunca habían visto y que conocían únicamente por los libros de texto.

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