El año que viene se cumple el 50 aniversario de la Agrupación de Personas Sordas de Granada, Asogra. Una efemérides que se va a seguir celebrando con espíritu reivindicativo ya que aún son muchos los impedimentos que este colectivo se encuentra en el día a día para llevar una vida lo más normal posible.

Ahora, por ejemplo, el Ayuntamiento de Granada lleva nueve años sin intérprete municipal. Este año se ha reivindicado su recuperación como profesional público para atender en todos los servicios municipales. "Les hemos dicho a los grupos políticos que vengan a conocer nuestra situación. IU, UPyD y Ciudadanos se han sorprendido. El alcalde dijo que sí al intérprete, que pondrían a alguien, pero yo le dije que nosotros tenemos la lista de candidatos para que sea un intérprete oficial, un profesional. Todos pidieron disculpas y reconocieron una falta de atención", explica Guadalupe Cuerva, presidenta de Asogra, quien argumenta que como esta discapacidad no se ve físicamente, no llama la atención y resulta un colectivo olvidado.

Con el Ayuntamiento el pasado marzo se celebró un pleno donde se aceptó incluir un intérprete de lengua de signos, acuerdo al que darán seguimiento para que se haga realidad y funcione bien. También se ha conseguido incluir en un programa de TG7, pero son pasos pequeños que les cuesta mucho conseguir. Recientemente han firmado también un convenio con La Ciudad Accesible. Con Diputación también han hablado y les han presentado un proyecto. La intención sería que con ellos se atendiera a la provincia y con la Junta, se diera un servicio general.

Cincuenta años trabajando todavía por eliminar barreras, por lo que Cuerva asegura que no van a esperar más. "Se acabó. Ya estoy harta de que nos engañen. Estamos en una época de rebeldía", dijo refiriéndose a los políticos, que les ponen buena cara pero después no atienden sus peticiones.

"Luego dicen que somos reservados, pero la reservada es la sociedad. No nos dan todos los servicios. Si todos estuvieran adaptados" sería diferente, reclama. De hecho, en la asociación, que nació con el objetivo de reagrupar a las personas sordas para interactuar y ser un punto de encuentro, sigue siendo una 'minisociedad' ya que es el único lugar donde encuentran todo tipo de actividades adaptadas a ellos.