El mercado laboral pierde 3.700 puestos de trabajo 'decente' a favor del subempleo

Hay jornadas reivindicativas que no deben olvidarse. En un momento económico en el que parece que todo vale, que cualquier empleo es bueno y que lo de menos es el sueldo, las horas o los derechos laborales, no está de más que alguien recuerde que, por mucho que estemos en crisis, hay que seguir luchando por un trabajo decente. Aunque en el catálogo de reivindicaciones lo primero sea el empleo, inmediatamente después debe exigirse un empleo digno y con garantías.

Eso es precisamente lo que hicieron ayer los sindicatos CCOO y UGT, que volvieron a salir a la calle en el Día Internacional del Trabajo Decente para denunciar una política laboral que ha puesto la alfombra roja a la precariedad.

En los últimos tres años, el avance del subempleo en la provincia ha sido alarmante. El último informe de afiliación a la Seguridad Social publicado por el Instituto de Estadística de Andalucía demuestra que el empleo temporal y parcial ha crecido hasta cifras históricas, en detrimento del empleo estable y a jornada completa.

En la actualidad, en Granada hay 93.351 trabajadores que disfrutan de un contrato fijo, una cifra ligeramente inferior a la del año 2012, cuando había 93.891 granadinos en estas circunstancias laborales. La verdadera diferencia se nota si se tiene en cuenta el tipo de jornada: mientras que los trabajadores con jornada completa y empleo indefinido se han reducido un 5,2% -lo que se traduce en la pérdida de 3.700 empleos con garantías-, los que tienen jornada parcial han experimentado un crecimiento del 15,5%, hasta los 22.415 contratos.

Pero este colectivo, al fin y al cabo, puede 'presumir' de tener un contrato fijo. Donde se nota el verdadero alcance de la precariedad es en los contratos temporales, que han encontrado en el desempleo y el clima económico su mejor aliado. Entre junio de 2012 y junio de 2015, Granada ha sumado 5.715 empleos temporales, hasta el punto de que ya son 68.265 granadinos los que desempeñan su trabajo con fecha de caducidad. De ellos, 41.324 tienen una jornada completa, pero, bajando un escalón más en la precariedad, también hay 26.941 granadinos que tienen un contrato temporal y parcial, una cifra que ha experimentado un crecimiento del 8,3%. En apenas tres años, el empleo más precario ha sumado 2.078 nuevos contratos.

Con estas cifras encima de la mesa, asegurar que el subempleo se está cebando con Granada no es ninguna locura. En la concentración que los sindicatos organizaron ayer a las puertas de la Oficina del Servicio Andaluz de Empleo de la zona Norte, el secretario general de CCOO de Granada, Ricardo Flores, apuntó que el Gobierno del PP, a través de la reforma laboral, "ha desequilibrado las relaciones laborales a favor de los empresarios y ha degradado las condiciones de trabajo", dando vía libre a los "abusos" de quienes buscan "conseguir beneficios rápidos, a costa de los derechos laborales y sociales".

En la misma línea, la secretaria general de UGT de Granada, Manuela Martínez, explicó que "la precariedad y los bajos salarios no suponen la salida de la crisis, sino la entrada en la pobreza y la desigualdad", propiciada por "la política de recortes, la reforma laboral y el "menosprecio al sistema de relaciones laborales y del papel que los trabajadores y sus representantes deben jugar en él".

Los sindicatos exigieron un cambio de rumbo para situar a las personas en el centro de las políticas de empleo, algo que pasaría por revertir las últimas reformas laborales, fortalecer el sistema de prestaciones por desempleo, reformar el sistema de políticas activas de empleo, mejorar las redes de protección social, recuperar los derechos de la ciudadanía y "retirar la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana".

Los sindicatos recordaron, además, que en un mercado laboral caracterizado por el subempleo las posibilidades de los parados de encontrar una salida a la exclusión social son cada vez menores. Y las cifras son para pensárselo: CCOO y UGT denunciaron ayer que en Granada hay 73.732 trabajadores en desempleo que ya no cobran prestación, lo que supone un 53,5% de la población parada.