La parrilla informativa de la televisión municipal (TG7) se quedará durante los próximos cuatro meses reducida a la mínima expresión. Cuatro periodistas (personal laboral del Ayuntamiento) serán los encargados de mantener en el aire la señal televisiva en servicios mínimos, por lo que sólo se cubrirá la información municipal básica. El varapalo que ayer sufrió la cuestionada televisión municipal viene motivado por el cambio de rumbo que el equipo de gobierno dio al ente público tras las denuncias que salieron a la luz el pasado 24 de junio en las que algunos trabajadores denunciaban manipulación, vejaciones y abusos de poder en el ente público. Las acusaciones, que llegaron a los juzgados, desembocaron en la destitución de la directora de informativos y en la renuncia del hasta entonces concejal encargado de TG7, Juan Antonio Fuentes, que abandonaba su cargo el 11 de septiembre, por lo que tomó las riendas de la televisión pública el concejal de Economía, Francisco Ledesma. Ayer, el encargado de las financias del Ayuntamiento puso negro sobre blanco y explicó el trance enconómico en el que se encuentra sumida la televisión pública.

Hace unos días la productora encargada de la televisión municipal: CBM, exigía al Ayuntamiento de Granada el cese del contrato tras comunicar y exigir al nuevo responsable político de TG7 el pago de una deuda de más de 450.000 euros acumulada en los últimos dos años en concepto de servicios extraordinarios de personal. Todo esto al margen de los 750.000 euros de presupuesto con los que cuenta anualmente la productora para desarrollar su trabajo. Sin dudar que alguien encargó estos trabajos en su día a la productora, Francisco Ledesma anunció ayer que ha encargado a la intervención general del Ayuntamiento que analice todos y cada uno de los servicios que reclama la productora fuera de contrato. Para no seguir engrosando la cuantía, el concejal ha aceptado rescindir el contrato con la productora que finalizará el próximo 6 de noviembre y volver a sacar un concurso público (bastante más barato) que permita equilibrar los gastos de la televisión pública. Claro que la decisión supondrá que ocho personas pasen a engrosar las listas del paro.

En principio la idea del Ayuntamiento es seguir operando en servicios mínimos cuatro meses mientras prepara el nuevo pliego de condiciones. Lo hará con los cuatro trabajadores que son personal laboral y con otros cuatro que rescatará mediante un concurso menor. En el nuevo pliego de condiciones, al que concurrirán nuevas productoras, habrá una cláusula en la que se pedirá el rescate de los ocho trabajadores a los que ahora la productora se ve obligada a despedir.

"Es una decisión difícil pero gobernar significa tomar decisiones y yo creo que es la decisión menos traumática. Son gastos que como concejal de Economía he tenido que parar. Prefiero ponerme una vez colorado que cien amarillo", apuntaba ayer el concejal de Economía y responsable de TG7, Francisco Ledesma. Con esta medida pretende paralizar los gastos, arreglar la situación y, una vez arreglada, sacar un nuevo contrato que garantice la estabilidad de los trabajadores. "Sólo así podremos poner en marcha el proyecto que nos hemos planteado todos los grupos políticos de hacer una televisión plural y de servicio público al ciudadano", explicaba ayer.

Sobre la gestión de su antecesor, Juan Antonio Fuentes, y la desproporción de una deuda que ha llevado a la televisión municipal a esta situación, Ledesma eludió pronunciarse aunque sí dijo que "todo lo que esté fuera de contrato y sean gastos extraordinarios me parece desmedido".

Será el próximo 6 de noviembre cuando la productora CBM rompa la relación laboral que mantiene con TG7, de ahí que haya anunciado su voluntad de no seguir 15 días antes de que expire el contrato.