Granada

Peatonalización y 'Diabline', medidas que no convencieron

  • El Ayuntamiento ha aplicado varias iniciativas con la idea de mejorar la vida en el Albaicín

Desde que en 2012 el Ayuntamiento de Granada decidió peatonalizar la Carrera del Darro tras una obras de reforma del pavimento de esta arteria del Bajo Albaicín, se sucedieron una serie de medidas en cascada que no terminaron de dar con la tecla. Tampoco hoy en día, salvo el tan demandado cambio de sentido de la calle San Juan de los Reyes por algunos vecinos. Se da el caso de que en la actualidad hay quienes, sobre todo motos, la utilizan con precaución en sentido ascendente, incumpliendo así la prohibición. Ilegalidades al margen, para que el peatón ganara todo el espacio posible en la Carrera, hace cuatro años quedó ésta clausurada al tráfico. En mayo de 2012 la 'Diabline' se presentó en sociedad para compatibilizar la presencia de transporte público en la zona con el corte ya comentado. Un microbús eléctrico que conectaba Plaza Nueva con el comienzo de la Cuesta del Chapiz entre las diez de la mañana y las nueve de la noche. Su precio era de 0,7 euros con trasbordo gratuito si previamente se había utilizado otra línea.

Tras un mes de pruebas, el descenso de viajeros fue una realidad. Un año después de su puesta en funcionamiento, los vecinos seguían padeciendo las mismas dificultades de acceso y reclamaban el servicio de autobús circular que conectara todo el barrio.

Reivindicación que finalmente se llevó a cabo con las renombradas C1 y C2, tras la implantación del modelo LAC en junio de 2014. No obstante, a día de hoy sigue sin convencer el que los fines de semana tengan restringido el tránsito en paralelo al río Darro.

Seis meses antes de este último episodio, un nuevo 'personaje' se coló en el eje que une Plaza Nueva con el Paseo de los Tristes. El conocido como tren turístico inició su andadura con el propósito de facilitar la bajada y subida desde la ciudad a la Alhambra para los turistas. Un vehículo que se concibió en su origen para transportar también a los vecinos. Algo que el colectivo rápidamente rechazó.

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