Las despedidas de soltero se han convertido en un reclamo que atrae a decenas de turistas cada fin de semana a la capital. Los bajos precios de Granada y la permisividad que hasta ahora imperaba en cuanto al consumo de alcohol en la vía pública, posicionan a la capital como uno de los destinos preferidos para celebrar este tipo de eventos.

Desde el año 2007, la ciudad se ha convertido en referente regional para celebrar el final de la soltería y con el buen tiempo de los últimos meses, Granada se ha llenado de grupos de amigos cuyo comportamiento no es siempre todo lo "decoroso" que debería. Un ocio que sale caro para los comerciantes y vecinos granadinos que denuncian que el comportamiento de parte de estos turistas "violenta" la convivencia por los niveles de ruido, los disfraces a veces inapropiados para todos los públicos y ciertas actitudes que dañan la imagen de la ciudad.

Según los datos del sector hostelero, la capital acoge alrededor de un millar de despedidas de soltero al año, un turismo que ha incrementado el número de empresas especializadas en estos visitantes y el rechazo de parte del sector hostelero y de los vecinos que se quejan de exceso de ruido. Hosteleros, empresarios turísticos y autoridades coinciden: las despedidas en Granada han comenzado a desmadrarse. "Es un turismo que no nos interesa y que no representa los valores de esta ciudad", señaló ayer la concejal de Movilidad, Raquel Ruz.

En esta línea, Granada cuenta con una ordenanza de la Convivencia, una normativa que resultaría suficiente para evitar las molestias que generan algunas de las despedidas de soltero, pero que requiere un control y cumplimiento estricto: "Las despedidas de soltero por sí mismas no son malas, siempre y cuando los que participan en ellas sepan comportarse", afirmó Ruz. "El problema es que esta ordenanza no se ha venido aplicando durante estos años y aquí todo el mundo venía y hacía lo que le daba la gana".

En cuanto a la actuación del Ayuntamiento, la edil subrayó que se trabajará desde ya para hacer cumplir las ordenanzas municipales y garantizó que la ciudad cuenta con "herramientas suficientes para controlar este tipo de situaciones".