Pilar Guzmán necesita desde hace meses una cita con un especialista traumatológico a causa de una rotura del tendón supraespinoso de su brazo izquierdo. Tras acudir a las Urgencias del nuevo hospital del Campus de la Salud, un médico del servicio le solicitó una cita en un plazo máximo de 15 días para una intervención "de carácter urgente".

Sin embargo, tras tomarle los datos en el mostrador de la unidad, le hicieron llegar una carta en la que le pedían que visitase a su médico de familia para que desde allí la derivasen de nuevo al PTS. Una vez hecho el trámite, su médico de cabecera se encontró que la agenda para pedir citas estaba cerrada desde hace meses.

Tras volver a solicitar la cita en el PTS, desde Urgencias le alertaron de que tenían una orden explícita del jefe de servicio de Traumatología para "no coger ni una cita más". Ante esta nueva negativa, y después del laberinto burocrático que supone lograr ser asistido correctamente, Pilar no encontró otra alternativa que esperar a que su nombre ocupase los primeros puestos en la lista de espera en la que en teoría archivaron su caso.

"Cada mañana recibimos decenas de solicitudes que almacenamos en un sobre y le hacemos llegar al jefe de servicio de la unidad. Desde ahí desconocemos qué se hace con ellas", reconoce una de las administrativa de Urgencias: "Aquí sólo podemos mostrar el comunicado y recomendar a los pacientes que pongan una reclamación por no poder ser atendidos", explica.

Representantes del Sindicato Médico de Granada alertan de que la situación en la que se encuentran pacientes como Pilar "no son un caso aislado" y argumentan que las agendas de la mayoría de especialidades que se atienden llevan cerradas meses.

De esta forma, y según denuncian las plataformas sindicales, "no existe ningún registro oficial que confirme cómo evolucionan realmente las listas de espera". El Sindicato Médico hace referencia a unos 'registros B', en los que se almacenan los datos de los pacientes sin incluirlos en las listas de espera. La consecuencia de dichos registros es que no dejan constancia de que el paciente ha solicitado ser atendido: "Muchos pacientes creen que están en lista de espera y en realidad no figuran en ninguna parte", explican.

El largo proceso al que se someten los pacientes afectados por este bloqueo les lleva, en algunos casos, "a desistir de ser atendidos hasta que su situación se agrava y necesitan ser intervenidos sí o sí". Desde el Sindicato Médico exigen revisar esta situación y critican un "circuito de manipulación" que opera en el sistema sanitario. "Hay cálculos estimados de que las listas de esperan en muchas especialidades se demoran más de un año, especialmente en Traumatología".

En este sentido, el sindicato asegura que en determinados casos existe una estrategia planificada en la que realizan al paciente un cuestionario elaborado desde el centro hospitalario para valorar su estado telefónicamente y mantenerlo o no en la lista de espera.

Por otra parte, la organización sindical denuncia además una carencia en la Atención Primaria: "Muchos profesionales no pueden dar cita a los especialistas correspondientes porque el sistema informático se lo impide".