La vieja brecha entre las dos Andalucías, la Occidental y la Oriental, está en la actualidad más abierta que nunca. En el caso de Granada la única salida que existe a día de hoy netamente en tren es hacia Almería capital. El viajero que quiera dirigirse hacia Antequera (Málaga) como puente para llegar a Madrid, Sevilla, Málaga o a cualquier otra provincia de España necesita tomar un autobús en la estación de Granada para luego en la estación de Santa Ana de Antequera subirse al AVE. Una situación que contrasta con los 24 años que ha cumplido ya Sevilla dentro del circuito de la Alta Velocidad o los 9 de Málaga. 

La entrada en servicio del cambiador de Antequera-Santa Ana situó a Granada a poco más de cuatro horas con Madrid. Una progresión que se cortó de raíz el 7 de abril del año pasado, día en el que quedó suspendido el servicio por cuatro meses. Una previsión que por diversos avatares se ha extendido en el tiempo. En concreto Granada padece un aislamiento de casi año y medio y no hay visos de solución a corto plazo. 

"No recuerdo un precedente de dejar a una ciudad tan importante como Granada sin comunicación ferroviaria durante un periodo tan dilatado", explica Miguel Ángel Matute, ingeniero y experto en ferrocarriles. "Lo que está pasando raya en lo ridículo. Las culpas hay que repartirlas entre el Ministerio de Fomento por no saber manejar la situación; Adif por adjudicar una obra con una baja tan enorme; los vecinos de La Chana por pedir el absurdo soterramiento de un pequeño tramo de vía; y los políticos de Loja por utilizar el trazado por la ciudad como arma arrojadiza en la lucha política", apunta Matute, que fue cotutor de un Proyecto de Fin de Carrera en la Escuela de Ingenieros de Caminos de Granada. 

Más allá de lo relacionado con el proyecto de la Alta Velocidad, la provincia de Granada lleva padeciendo durante décadas el recorte de la red ferroviaria. En 1985 se procedió al cierre de la línea Guadix-Baza-Almendricos lo que lastró el desarrollo de las comarcas del Norte y su conexión con las provincias de Almería y Murcia. Hoy es una de las demandas sociales vigentes. A esa hay que sumar el corte de la línea de Moreda -también desde el 7 de abril de 2015- que acabó con el tren hotel a Barcelona (con parada intermedia en Valencia). Esa serie de decisiones han provocado en el tiempo que a nivel de viajeros y mercancías la importancia de Granada sea intrascendente en Andalucía.