Javier Muriel. abogado defensor del sacerdote acusado en el caso romanones

"El padre Román ya ha perdonado a Daniel"

  • Considera que el caso "es un engaño con una instrucción sesgada e inquisitorial" y que la supuesta víctima no cuenta con pruebas ni indicios periféricos

El juicio contra Román M.V.C., el cura acusado de abusar sexualmente de un joven ligado a su parroquia siendo menor de edad, está a la vuelta de la esquina. Una vez que el Arzobispado emita su escrito de disconformidad con la responsabilidad civil subsidiaria atribuida al prelado, estará todo prácticamente listo para que se ponga fecha a la vista. Allí, sentado en el banquillo, frente a un tribunal togado de la Audiencia de Granada, despojado de su sotana, el cura estará representado por el abogado Javier Muriel Navarrete, que tratará de desnudar la que, a su juicio, es la única verdad de un caso que ha llegado hasta el Vaticano.

-¿Román es culpable o inocente?

-Es inocente sin ningún género de dudas.

-¿Cómo llega a usted?

-Su familia y mi propia familia tienen relación desde hace muchísimos años en Granada después de tanto años ejerciendo el sacerdocio.

-¿Su defensa está siendo una empresa difícil?

-No, para nada. Como proceso judicial es bastante sencillo.

-¿Cómo ha afectado este proceso a la vida de su cliente?

-Es un proceso lógicamente muy doloroso, pero si la intención era derrumbarlo por parte del denunciante ni ha podido ni va a poder con él. Román sigue llevando a cabo el cultivo de su fe y la oración. Se dedica a sus temas personales y sigue ayudando a las mismas personas que ayudaba antes, cumpliendo las limitaciones que le han impuesto tanto desde la autoridad eclesiástica como desde la civil. Él sigue inquebrantable en su fe, preparando su defensa, de una forma además muy activa, y confiando en la profesionalidad y la objetividad de la Audiencia de Granada. Hace una vida relativamente normal dentro del infierno que está padeciendo.

-¿Volverá a ser sacerdote en caso de ser absuelto?

-Yo considero que es de justicia. Porque en el momento que va a desaparecer el motivo que dio lugar a ser apartado temporalmente de sus funciones, tiene todo el derecho del mundo a retomar su vida con la mayor normalidad posible.

-¿Ha notado un cambio de actitud de su entorno con él? En su parroquia aparecieron pintadas contra los "pederastas".

-Por parte de las personas que le conocen no solamente no ha sentido rechazo, sino que ha sentido una cercanía más auténtica y más intensa si cabía. Las personas que se hayan querido dejar llevar por la corriente de opinión, allá ellos.

-Se acerca el juicio. ¿Guarda algún as en la manga?

-En el sistema judicial español no funciona el tema peliculero americano de sacar un conejo de la chistera en el último momento. Esta defensa ha sido muy clara y transparente desde el primer minuto y vamos a seguir siéndolo hasta el informe final. Digamos que las armas ya están mostradas y estamos bastante satisfechas con ellas.

-¿No va a haber ningún testigo sorpresa entonces?

-No, no.

-Pero sí alguno clave.

-Sí, claro. Yo consideraría incluso que son más claves los suyos que los míos, porque sus propios testigos [de Daniel, nombre ficticio del denunciante] han sido los primeros que se han encargado de desmentirlo en muchas ocasiones.

-¿Al final va a ser la versión de uno contra la del otro?

-Va a ser no, ya está siendo. Lo que pasa es que Daniel necesita otras pruebas o indicios periféricos, porque hasta ahora no cuenta con absolutamente ninguno.

-Ante el juez Antonio Moreno, instructor del caso, el padre Román negó los abusos y atribuyó la denuncia a otros posibles intereses. ¿Cuáles?

-Tenemos que tener en cuenta una cosa muy clara, y es que este chico, Daniel, ha sido condenado en firme por un juzgado de violencia por vejar e insultar a su pareja. Además, ha sido calificado por algunos de sus propios testigos como "violento", "mentiroso" y "manipulador". Entonces, ¿cómo es posible entender desde la lógica a alguien que actúa de esa manera? Para nosotros es impensable.

-También se llegó a hablar de un posible interés económico...

-Sí, claro. Por ejemplo, desde el primer momento le exige al obispo de Granada 8.000 euros y, a raíz, de que éste, creo que con buen criterio, se niega a entregárselos, es cuando arremete contra el Arzobispado de Granada como responsable civil subsidiario y empieza a pedir cantidades de dinero en el proceso. Desde luego, en la carta que le manda al Papa su intención era otra: evitar que otras personas que según él pudieran estar sufriendo abusos a día de hoy siguieran sufriéndolos.

-¿Que pidió 8.000 euros al arzobispo? ¿Cuándo?

-Desde el minuto uno, desde el momento en que el Santo Padre encarga la investigación al obispo de Granada. Consta en las actuaciones, en unos mails que le manda al obispo. Le pide esa cantidad para hacer frente a no sé qué gastos. El abogado del obispo le dice entonces que desde el punto de vista legal era imposible y que no se le iba a dar dinero alguno. Cuando recibe la negativa, Daniel le amenaza con que se lo va a contar personalmente al Papa.

-¿Y para qué era el dinero?

-Para una pericial que todavía estamos esperando. Después, Daniel le comunica que hay personas que se han hecho cargo de sus gastos y que ya no necesita el dinero, pero que lo va a poner en conocimiento del Papa.

-Hay muchos casos de abusos que no son tan mediáticos como éste. ¿La intervención del Papa lo ha engrandecido?

-Qué duda cabe que cualquier acto del Papa Francisco agranda cualquier tipo de hecho. Lo que tenemos que tener muy claro es que lo que el Papa Francisco ha hecho han sido dos cosas. Lo primero es decir vamos a llevar a cabo una investigación, porque la verdad es la verdad y no se puede ocultar, lo cual yo aplaudo. Lo segundo es que ha sido claro, conciso y concreto al decir que él no puede emitir juicio alguno hasta que actúe la justicia civil, y que no se puede llevar por mentideros ni manifestaciones de personas. Él siempre está a favor de la presunción de inocencia, lo ha dicho clarísimo recientemente.

-¿Existen contradicciones que pueden jugar a su favor?

-¿A favor de la defensa? Sí, claro. Todas las que quiera. Por ejemplo, Daniel describe perfectamente, según él, el miembro viril del padre Román. Dice que está circuncidado y que tiene una pequeña mancha color café. De hecho, la Policía le hace dibujarlo en un folio que consta en las actuaciones. Sin embargo, el padre Román, tras ser detenido, es reconocido por dos médicos forenses del juzgado y resulta que ni está circuncidado ni tiene esa pequeña mancha. Todo esto resulta extraño después de los cientos de masturbaciones que dice que le ha hecho al padre Román. Se equivoca continuamente también al establecer personas, fechas y lugares, y se equivoca al describir los inmuebles de los supuestos hechos. Aparte, las chicas que según él estaban siendo abusadas han declarado negándolo rotundamente.

-¿Qué es el caso romanones para usted?

-Para mí es un engaño que ha dado lugar a la instrucción más sesgada, subjetiva e inquisitorial que yo he conocido. Así se lo hice saber al magistrado por escrito.

-Un análisis conductual realizado por la Policía califica el testimonio de su cliente de poco honesto. ¿Qué peso tiene esta prueba en el proceso?

-Para mí, ninguna. El método que utiliza la Policía Nacional es como una superchería con una pátina de pseudociencia. Es un método que no está reconocido por la comunidad científica y, además, creo que ningún jurista riguroso puede aceptar esa prueba con seriedad.

-Pero existen otros informes. Uno de ellos sobre las secuelas psicológicas de la supuesta víctima, al que el juzgado otorga una especial importancia.

-Nosotros hemos presentado una contrapericial de un perito de reconocidísimo prestigio. En el informe al que se refiere, realizado en Pamplona, las psicólogas establecen que no existen secuelas psicológicas del abuso y que las secuelas que pudieran existir aparecen solamente a raíz de denunciar el caso, nunca antes.

-¿Y secuelas físicas hay?

-Hay un informe del Instituto de Medicina Legal de Granada que establece que no existen secuelas físicas, lo cual es lógico después del tiempo transcurrido.

-¿Qué papel ha jugado el arzobispo en este caso?

-El arzobispo tiene un papel, en cuanto a su vertiente legal, muy encorsetado. Al ser responsable civil subsidiario no tiene mucho margen de maniobra. Pero según él mismo manifiesta ha actuado siempre siguiendo siempre los designios de la autoridad vaticana.

-¿Por qué hubo esa reticencia por parte del Arzobispado a entregar al juez la documentación eclesiástica del caso?

-No es que el obispado fuera reticente, es que el dueño y donde estaba esa información es en el propio Vaticano, en la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es el único organismo habilitado para tomar decisiones con respecto a esos expedientes. El obispo no lo tenía físicamente. A él se le encarga una investigación preliminar y cuando la termina la envía a la Santa Sede. Él fue entregando lo que se le iba pidiendo, pero no era lo que la acusación particular buscaba. Entonces, cuando centraron ya el asunto en el expediente canónico, el señor obispo, con toda la razón de la ley, le explicó que eso no depende de él, que lo tiene el Vaticano.

-Usted ha pedido una vista para solicitar la nulidad del expediente canónico. ¿Teme su contenido?

-No. Conozco todo el contenido del expediente canónico y considero que no sólo no me perjudica, sino que me beneficia. No hay absolutamente nada, ni el más mínimo indicio de la realidad de los hechos denunciados. Cero. Lo que pasa es que esto es una cuestión de forma. No todo vale, tenemos un marco jurídico que es la Constitución, y todo lo que sea obtenido fuera de eso es ilegal. Y yo no quiero que en este proceso un error procesal conlleve a la absolución, como ha pasado en otros casos. Lo que quiero es que vayamos a juicio con todas las armas que las partes hayan propuesto, pero las que sean legales, las que no, no.

-¿Tiene su cliente el apoyo de las otras once personas que fueron imputadas en un principio?

-Sí, sí, claro. Estas once personas han negado rotundamente los hechos, y entonces lógicamente tendrán que mantener esa línea de actuación.

-¿Había tenido el padre Román alguna otra denuncia de este tipo?

-Según el denunciante, Román tenía antecedentes y detenciones en Argentina por pederastia, pero la propia Interpol ha desmentido nuevamente al denunciante.

-Se piden 50.000 euros de indemnización. ¿Cree que es una cantidad desorbitada?

-Durante el proceso la consideramos desorbitada tanto la Fiscalía como yo. Yo solicité que se redujera a 30.000 euros y la Fiscalía me apoyó e informó a favor. Entra dentro del margen, tirando por arriba desde luego, de una petición en este tipo de procedimientos.

-El fiscal pide 9 años de cárcel y Daniel casi el triple. ¿Por qué hay tanta diferencia?

-Si los hechos fueran claros y nítidos habrían alcanzado más cercanía las penas solicitadas. Me consta que la acusación particular goza de un magnífico letrado, pero yo no puedo compartir en absoluto el criterio que ha utilizado a la hora de establecer la pena solicitada.

-¿Qué opina de la personación de Prodeni?

-Creo que la acusación de Prodeni (Asociación Pro derechos del Niño) ha sido más ruidosa y mediática que jurídicamente efectiva. Hay que tener en cuenta que no ha participado en ni una sola diligencia y que incluso ha calcado el escrito de acusación.

-¿Se ha condenado al padre Román antes del juicio?

-Sin ningún género de dudas. Creo que tristemente en este país no tenemos cultura de la presunción de inocencia y que son cada vez más los nombres que van jalonando el saco roto de los falsos denunciados. Se destroza a una persona y aquí no pasa nada. De hecho me parece que muchos medios han encontrado el campo abonado para utilizar la causa y dañar a la propia Iglesia católica.

-Se ha hablado mucho del poder adquisitivo de su cliente. ¿Tanto dinero maneja el padre Román?

-Esto vuelve a ser otra mentira del denunciante. La UDEF ha elaborado un informe, de unos mil folios, que concluye que el patrimonio de Román es completamente lícito y para nada desorbitado, que se corresponde con su nivel de ingresos y modo de vida. Incluso alaba la capacidad de ahorro y la vida austera llevada por Román y el grupo de sacerdotes y laicos.

-Al grupo se le llama 'los romanones'. ¿Ellos se identifican con ese nombre?

-No, para nada. Eso es un invento, una figura para su propio desprestigio que creo que a lo largo del juicio sabremos de dónde nace.

-Se barajó al principio que fueran incluso una secta.

-Esa fue otra de las figuras denunciadas por Daniel, que decae desde el minuto uno, hasta el punto que la propia Audiencia ha desterrado el concepto y ha establecido claramente que jamás se puede tachar a este grupo ni como asociación ilícita ni como secta.

-Cuando saltó el escándalo se habló de la herencia que una farmacéutica dejó al padre Román. ¿Qué relación tiene con el caso?

-Ninguna. Se trata de una herencia completamente legal, otorgada ante notario, con plenitud de facultades. Esta señora, que fallece sin descendencia, como católica y creyente que era, decide aportar una parte a la Iglesia a través de dos sacerdotes para que le dieran un fin a ese patrimonio y me consta que así ha sido. Es otro de los muchos bulos circundantes a la historia principal.

-Al principio hubo otra supuesta segunda víctima. ¿Qué valor otorga a su testimonio?

-Este testigo declaró primero que los sacerdotes jamás le habían tocado y que no había tenido problema con ellos. A los seis días, presenta una denuncia en un juzgado de guardia porque, según él, un psicólogo, amigo del denunciante, le desbloquea los recuerdos y empieza a sufrir ansiedad, depresión y secuelas. Él mismo reconoce que al denunciar y participar en un programa de televisión ha conseguido un rédito económico.

-¿Por qué cree que tardó tanto la denuncia de Daniel?

-Imagino que cuando alguien quiere montar una mentira de este calado, que afecte a tantísimas personas, eso conlleva un tiempo y una preparación. Desde luego él ha sido el dueño y señor de calcular los tiempos de este procedimiento.

-¿Ha tenido algún tipo de contacto su cliente con Daniel desde que salió el caso a la luz?

-Absolutamente ninguno.

-¿Declarará Daniel, al estar fuera, por videoconferencia?

-La ley establece que se declara en persona, por el principio de inmediación, enfrente del tribunal, y que solamente bajo causa muy justificada, que en este caso no se cumple ninguna, Daniel lo haría por conferencia.

-¿El tiempo transcurrido desde que suceden los supuestos hechos juegan a favor de Román?

-No, creo incluso que al contrario, porque las acusaciones ya han demostrado que les sirve, para mí desde un punto de vista estéril, de excusa para justificar los olvidos, los errores, mezcla de fechas...

-Los delitos imputados al resto del grupo fueron declarados prescritos. ¿Una prescripción implica ser inocente?

-Sí, absolutamente. Por una razón muy simple: aunque a los juristas nos gustaría mucho que las sentencias pusieran "usted es inocente", eso no ocurre nunca. Una sentencia está para decir "usted no es culpable", que hay una gran diferencia, ya sea por falta de pruebas o por lo que sea. A partir de ahí la gente podrá pensar lo que quiera. Pero la prescripción es una figura tan sustantiva y férrea que impide que se celebre el juicio contra esa persona, y si no se celebra no se practica prueba, y si no se practica prueba, ¿cómo condenamos a alguien? Por lo tanto esa persona es inocente.

-En caso de condena, piensa recurrir, imagino.

-No es el escenario que yo espero, pero agotaríamos todas las vías sin ninguna duda. Reitero: ni me lo planteo.

-¿Cabrá en algún momento el perdón?

-Me consta que Román ya ha perdonado a Daniel, a Daniel y al grupo de personas que le está haciendo pasar por esto. Nadie está haciendo más daño a la lucha contra la pederastia que Daniel.

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