En tiempos de crisis, el lujo solo no triunfa. Tiene que ir acompañado de un punto de creatividad para que la exquisitez no nos parezca tan cara. Los del lujoso hotel La Bobadilla, en Loja, han echado mano de un producto tan popular como la seta para atraer hasta su espléndida mansión a los clientes más cercanos, como los residentes en la zona del poniente granadino y del resto de Andalucía "con ánimos de experimentar nuevas tendencias", según el director de márketing del hotel, Juan Luna.

Y han presentado algo que antes no existía: unas jornadas gastronómicas dedicadas a las setas, echando mano, eso sí, de proveedores locales. No han necesitado -ni quieren- traer a ningún Arguiñano o Arzak. Su propio jefe de cocina, un simpático alemán "de Salinas", Lutz Bösing, ha seleccionado los mejores champiñones silvestres, boletus y setas de cardo para combinarlos inteligentemente con productos de caza como la perdiz de campo, el jabalí, el venao o el pato salvaje. El resultado: un menú de lujo, autóctono y de temporada.

Así ha decidido La Bobadilla recibir al visitante otoñal, al que, además, invita a pernoctar, después de una cena de lujo, en una de sus suites a precios reducidos durante estas décimas jornadas gastronómicas. "Es un homenaje al otoño y a los productos que nos ofrecen los bosques del entorno", cuenta el director del hotel, Enrique Castellanos. Saben que son muchos los huéspedes que buscan la sorpresa. Y si hace dos décadas La Bobadilla era único en su estilo, hoy la competencia oblia a diferenciarse.

"Tenemos que cambiar fórmulas, ser creativos y ofrecer incentivos".

Los más sorprendidos hasta ahora han sido los europeos que se alojan en este hotel. Y el chef ha sabido encontrar el equilibrio entre el "gusto andaluz y el internacional", es decir, combinar patatas o huevos con sabores andaluces buscando la fusión de culturas.

El primer plato del menú presenta un plato "alpujarreño" a lo fino, con sus setas silvestres salteadas, coronado con jamón ibérico y yema de huevo de corral en tempura. Toda una exquisitez.

Las jornadas tienen dos menús: el de mediodía, más corto con aperitivos como consomé de faisán, una 'piruleta' de codorniz con champiñones o un 'bombón' de pato azulón con el ciervo como plato fuerte; y el de la noche, cuando el menú se amplía y se ofrece con caldos de la bodega Enate, que patrocina las jornadas. Un entrante fresco de ensalada con boletus da paso a un soberbio menú a base de perdiz de campo, foie gras de pato y solomillo de jabalí.

Los precios, razonables para ser el único restaurante de cinco tenedores de la provincia: el almuerzo 49 euros y la cena, 65.

También hay cartas de agua, aceite, caviar o jamón. "Resulta enriquecedor ofrecer este tipo de novedades", apunta Juan Luna.