Granada

"De vez en cuando hay que tirar el pincel al aire y marcharte"

  • El poeta no cierra la puerta a la UGR, aunque asegura que necesita "tiempo"

-Parece que todo granadino que tiene éxito en su ciudad está obligado a ausentarse por un tiempo. ¿No le parece?

-Ahora hay una exposición maravillosa en el Centro Guerrero sobre la pintura juvenil del artista. Y en el catálogo hay un texto muy bonito de Justo Navarro que recuerda una anécdota: estaba el joven José Guerrero muy desorientado en 1935, cuando su profesor Morcillo, un representante de la pintura más tópica y costumbrista de Granada, se metía mucho con él. García Lorca le dio un buen consejo: tira los pinceles al aire y vete donde te lleve el viento. Creo que de vez en cuando hay que hacerlo.

-¿Supondrá su excedencia el abandono definitivo de la docencia en el futuro?

-No, pero para no perturbar la vida de los alumnos voy a pedirla porque me resulta muy incómodo seguir dando clase en medio de esta atmósfera. Esto no significa que yo vaya a renunciar a la docencia. Pedir una excedencia no es abandonar definitivamente la Universidad. En ese sentido, estoy muy contento con el apoyo que he recibido por parte de los amigos, de los compañeros, de los alumnos... Sé que me comprenden perfectamente y no tengo más que agradecimientos para la Universidad y su gente.

-El rector, Francisco González Lodeiro, tratará de hablar con usted para que "recapacite" sobre su decisión de dejar la Cátedra. ¿Lo considerará?

-Por mi parte sería imperdonable no responder a la llamada de Lodeiro, al que considero un compañero y amigo y que es, además, el rector de la Universidad. Hablaré con el personalmente y nos vamos a entender. Él me va a comprender.

-Ha sido tajante a la hora de no recurrir la sentencia.

-Cuando la leí, lo primero que tuve fue el sentimiento de no recurrir. Si yo hubiera sido acusado de un crimen habría mostrado interés por demostrar a la sociedad que yo no lo he cometido. Se trata de que el juez considera una injuria una calificación de 'perturbado' a un profesor que dice las cosas que dice... Pues yo no tengo ninguna intención de llevarle la contraria a un juez, ni me hace falta su opinión.

-¿Cómo valora la sentencia?

-Sobre la sentencia no voy a opinar. Sí he visto que el juez tiene prurito de crítico literario y que habla [risas] de López de Vega, aparte de citar a Calderón y a Quevedo. Él quiere hacer sus pinitos literarios y yo no soy jurista. Tendrá sus razones y espero que sean sólidas. Yo tengo las mías y no voy recurrir. Pero tampoco tengo ánimo ninguno para seguir dando clases.

-¿No deja una puerta abierta?

-No estoy en condiciones. A lo mejor en otro momento, en otra situación. Tal vez cuando pase el tiempo.... Esta es mi ciudad y la seguirá siendo siempre. A veces uno sólo oye las cosas malas, las puñaladas, a los enemigos vigilantes que nos intentan hacer daño y, sin embargo, no se da cuenta de que la gran mayoría es gente cariñosa y sensata. Y eso para mí es hoy Granada y la Universidad.

-¿Se irá de Granada?

-Vivo entre Granada y Madrid. En Granada están mis padres, mis hermanos y amigos. O sea que, para mí, es imposible irme. ¿Cómo iba a hacerlo?

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