Unas doscientas personas 'abrazaron' ayer a la Casa Agreda, el palacio renacentista que el Gobierno municipal ha puesto a la venta sin éxito -por el momento- al quedar desierto el reciente concurso. Desde que el equipo de Gobierno local anunció su decisión de vender el inmueble, la oposición ha cerrado filas en defensa de su uso público y cultural, recogiendo unas 5.000 firmas y organizando manifestaciones como la que tuvo lugar en la mañana de ayer.

Bajo el lema Esta casa no se vende, los participantes iniciaron su marcha desde Plaza Nueva a la Cuesta de Santa Inés, donde se ubica el emplemático edificio, para, una vez allí, abrazarlo con sus manos entrelazadas. Entre los asistentes estaban la portavoz del grupo municipal de IU y miembro de la plataforma que convocó la iniciativa, Lola Ruiz, quien instó al alcalde, José Torres Hurtado, a "recapacitar" para que el edificio se mantenga como espacio público, como un equipamiento que, bajo su punto de vista, es "necesario" para el Albaicín. En la misma línea, la portavoz del PSOE municipal, Carmen García Raya, pidió al regidor granadino "que oiga el clamor popular" y "que no tire el patrimonio".

También participó en la marcha la vicepresidenta de la Asociación de Vecinos del Bajo Albaicín, Lola Boloix, quien destacó que el hecho de que no haya surgido ningún comprador es "seña de que no se puede especular con el patrimonio", lo que se ha tratado de hacer, en su opinión, al "poner en venta por seis millones y medio de euros un edificio de Granada para darle un uso privado". Hasta la empresa privada -señala- demuestra que "no le interesa".

Por su parte, la senadora socialista María Escudero, señaló que hay que intervenir en el patrimonio "para todo lo contrario", para "mejorarlo". "No estamos de acuerdo con que el alcalde venda y privatice el patrimonio de la ciudad y mucho menos cuando ese patrimonio tiene el valor de la Casa Agreda, que es un Bien de Interés Cultural (BIC)", aseguró.