Granada

Los nuevos delitos informáticos y de tráfico disparan el número de reclusos

  • La cárcel achaca el aumento de la población a la criminalización de conductas que antes sólo tenían un reproche administrativo o se quedaban en el ámbito privado y no al aumento de la delincuencia tradicional

El incremento de la población reclusa del centro penitenciario de Albolote, que cuenta en estos momentos con 1.720 internos, no se debe tanto al aumento de la criminalidad tradicional -delitos contra la propiedad, tráfico de drogas o delitos violentos- como al aumento de la estancia en prisión y a la criminalización de ciertas conductas que antes sólo tenían un reproche administrativo.

Así lo asegura el propio centro, que achaca el aumento de su población a la punibilidad de los delitos contra la seguridad vial, los nuevos tipos delictivos en el campo de la informática o a la persecución de otros que tradicionalmente habían quedado en el ámbito privado, como la violencia doméstica y de género.

Según los datos que aporta el último boletín informativo del centro, los delitos cometidos por internos de la prisión corresponden a infracciones contra la propiedad (832), contra la salud pública (443), contra las personas (241), violencia de género (111), contra la autoridad (42), terrorismo (20), contra los derechos de los trabajadores (14) y contra la seguridad en el trabajo (12).

Pero, entre los datos más significativos destaca la presencia de presas: al respecto, el director del centro, Nahúm Álvarez, apunta que la población femenina de Albolote alcanza ya el 8,3 por ciento, porcentaje que supera a la media andaluza situada en el 7,8 por ciento. Así, son 142 las mujeres internas y suman 20 los niños menores de tres años que ya conocen lo que es estar entre barrotes.

Habitan actualmente junto a sus madres en la cárcel de Albolote sin haber podido conocer todavía lo que es la vida más allá de los muros de la prisión. Para evitar esta situación, la secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, ha avanzado la intención del Gobierno de sacar a las madres y a los niños de los centros penitenciarios, para lo que se han llevado a cabo algunos cambios normativos, así como la construcción de nuevas infraestructuras especiales como la que en breve estará en marcha en Mallorca.

Se pretende crear así una convivencia de familia normalizada y lograr que el desarrollo del niño en sus primeros años sea el estigma de la privación de libertad. Para todo ello, se cuenta con profesionales que junto a distintas organizaciones trabajan para que los niños estén en las mejores condiciones, si bien Nahúm Álvarez afirma que "ni en esas circunstancias deben estar los menores en prisión", siendo el caso de la Unidad de Madres dependiente del centro penitenciario de Albolote un ejemplo de ello.

El director de la prisión indica que uno de los objetivos es que los niños accedan a una amplia oferta educativa y cultural, "instrumentos valiosos para que no les marque de forma negativa su estancia en la cárcel". A través de la misma se pretende abandonar la tradicional imagen de lugares sombríos para acentuar su papel como artífices de la inserción social de los reclusos, lastrada por la masificación.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios