Los 'gorrillas' se adueñan de más de 20 zonas de aparcamiento de la ciudad

Movilidad Aparcar en Granada, misión imposible

Estacionar en Granada sin tener que pagar un céntimo se ha convertido en algo prácticamente imposible · A los parking y zonas reservadas se suman los aparcacoches ilegales que toman las pocas zonas libre de pago que quedan en la urbe

Los gorrillas son un fenómeno cada vez más extendido.
Los gorrillas son un fenómeno cada vez más extendido.
C. Rodríguez / Granada

14 de septiembre 2009 - 01:00

Aparcar el vehículo en las calles de Granada sin tener que pagar por ello es algo que está en peligro de extinción. A los diecisiete parkings que hay en la ciudad y a las zonas reservadas tanto por la zona ORA como por residentes se le suma ahora las más de veinte zonas que los llamados aparcacoches ilegales tienen tomadas totalmente. Los popularmente llamados 'gorrillas' están ganando terreno en los últimos años y están haciendo estragos en los bolsillos de los granadinos que intentan dejar su coche estacionado sin tener que pagar por ello.

Su ubicación y distribución en la ciudad conforman un mapa en toda regla que, según fuentes policiales, cambia a diario pero, siempre, ganando espacio. En total, se podría decir que estos aparcacoches se han hecho con veinte zonas que están exentas de pago pero que ellos se encargan de que no lo sean. Excepto el Albaicín y la Chana, prácticamente, todos los distritos sufren esta problemática.

Beiro, es la zona que más incidencias e intervenciones policiales tiene al respecto, no en vano, los barrios que lo conforman aglutinan casi la mitad de los puntos negros en los que hay 'gorrillas'. Calles como Doctor Azpitarte-Plaza de Toros, San Benito, Ribera del Beiro, Avenida de los Andaluces-Renfe, algunas vías aledañas al barrio de los Pajaritos y la Avenida de Madrid, especialmente, a la altura del Hospital Clínico están plagadas de aparcacoches. En Norte, la Estación de Autobuses, el principio de la carretera de Jaén, Avenida de Pulianas a la altura de la Jefatura de Tráfico y Joaquina Eguaras, especialmente cuando hay eventos como el Mercadillo o la feria, también son zonas problemáticas. El Paseo de los Basilios y la parte más turística de la Alhambra son los núcleos problemáticos en el distrito Centro. En el caso de la zona del Genil, es en las inmediaciones del Hotel Nazaríes y la discoteca Mae West y frente a la clínica La Inmaculada donde se registran más problemas. Y en Ronda, por los alrededores del Estadio de la Juventud.

Mención aparte merece el distrito Zaidín. El barrio que sólo tenía problemas puntuales en la zona del mercadillo o en las fiestas, ha visto como de unos meses a esta parte un grupo de senegaleses organizado se ha hecho con la zona del Palacio de los Deportes. Distribuidos por calles y con una distancia de 15 metros entre cada uno de ellos, organizan todos los estacionamientos de la zona.

La Policía Local de Granada calcula que, en lo que va de año, han realizado más de un millar de intervenciones con los 'gorrillas' y, aún así, reconocen que es un problema difícil de solventar. ¿Por qué? Por su movilidad. Según fuentes policiales aunque se mueven por las mismas zonas, los aparcacoches se cambian de calles continuamente y cazarlos 'in fraganti' es difícil.

Aún así, dado el caso, los agentes les imponen una sanción por entorpecimiento de la conducción de la vía pública y se tramita como tal en el Ayuntamiento. Otra cosa es que estos 'gorrillas' la paguen, ya que la mayoría no tienen domicilio fijo o son insolventes. Otro tipo de denuncias son las que interponen los propios conductores cuando se producen amenazas o coacciones por parte de los aparcacoches y acuden a la Policía Nacional para denunciar los hechos. El problema de los aparcacoches no es nuevo ni en Granada ni en el resto de las ciudades y los intentos por erradicarlos tampoco. Conocida es la cruzada que el Ayuntamiento de Sevilla emprendió contra los gorrillas y los escasos resultados con éxito que tuvieron las intervenciones.

En Granada, la Policía Local asegura que seguirá de cerca este tipo de prácticas que dan mala imagen a la ciudad y que no ayudan ni a los protagonistas ni a los sufridores. Con la puesta en marcha de la Ordenanza de la Convivencia, será medio centenar de policías más los que salgan a controlar las calles y los diferentes barrios. Ellos se encargarán de que la práctica de pedir dinero por aparcar comience a desaparecer o tenga una respuesta de control más tajante. Vecinos, comerciantes y conductores de las zonas afectadas reclaman medidas que solventen el problema ya.

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