Un vecino 'bautiza' una calle del Albaicín

Tener una calle con su nombre es el sueño de mucha gente, pero no está al alcance de todos. Entre los requisitos suele estar el ser una persona reconocida y con prestigio, pero no basta esto, sino que además dicho honor rara vez se concede en vida. En cualquier caso, el encargado de bautizar las vías es el Ayuntamiento, aunque siempre hay quien piensa al contemplar los diferentes denominaciones que llenan las ciudades: "¿Ése quién es, y yo por qué no puedo tener una?".

Una vecina del barrio del Albaicín ha denunciado que otro residente no ha dudado en hacer realidad este deseo y ha colocado en una calle en la que está su casa un letrero con su apodo en el que puede leerse 'Calle Moni'.

La pequeña vía va desde calle Panaderos hasta Aljibe de Polo y desemboca en calle Pagés, frente al edificio de Actividades Comunitarias. Antes de la incorporación de la placa de cerámica el entorno permanecía huérfano de nombre y, de manera oficial, sigue estándolo.

Esta vecina denuncia que ya ha enviado dos cartas al Ayuntamiento y "no ha actuado, en una clara dejadez de funciones", por lo que pide a Urbanismo que "tome cartas en el asunto". En la segunda denuncia que ha presentado ante el Consistorio lamenta que el vecino en cuestión "se haya autoproclamado alcalde del Albaicín, con potestad para nombrar calles y hacer su santa voluntad".

Además, propone que si nombrara la calle, se hiciera en honor de Ángel Puertollano, "Albaicinero de pro, que nació y vivió en el Aljibe de Polo, donde tiene una placa conmemorativa".

El artífice del bautizo de la vía defiende su original idea y asegura que las quejas sólo proceden de la denunciante. "Fui a pedir una licencia de obras para arreglar la fachada y me dijeron que una de las calles a la que da mi casa no tenía nombre, por lo que pensé en ponerle el mío", dice Juan Jiménez 'El Moni'. Así, comenta que la intención de la vecina "es hacer daño" y que ya hace unos cinco años el nombre del negocio de alquiler de habitaciones del edificio se ha convirtió en denominación de la vía. Además, asegura que la Asociación de Vecinos le ha mostrado su apoyo para legalizarla en caso de que surgieran problemas.

El Moni es muy conocido en el barrio y, rápidamente, varios vecinos se acercan a apoyar su iniciativa y a relacionar las acusaciones con enfrentamientos personales. "A esta vecina le molesta todo", afirman enumerando los problemas que dicen que han tenido en los últimos años con la que consideran responsable de la denuncia.

Una de las que realizan una defensa más apasionada de 'Calle Moni' es la dueña del restaurante que comparte la vía, Esmeralda Blaya, que piensa que sólo se trata de "decoración". "En esta calle sólo estamos nosotros y yo soy partidaria de que, incluso si quiere poner el letrero más grande, lo haga veinte veces", señala. Para ella, Juan "se lo merece" y alega que le dio permiso. Por si fuera poco, ya le había encargado a su vecino otra placa para colocarla también en la fachada de su establecimiento, al final de la calle.

Otras vecinas comentan, sorprendidas por la polémica, que hay gente del barrio que cree, aunque un poco en broma, que la calle debería ser inaugurada "con cortinilla y con champán, como el alcalde". También hay quien piensa que "no es lo correcto porque corresponde al Ayuntamiento", pero le restan importancia diciendo que "no molesta". Y está quien busca los motivos de la polémica en las bajas pasiones humanas, como Juana Álvarez: "A mí me da igual, esto pasa por la envidia".