Hay casos que demuestran que la edad no es un impedimento para realizar determinadas actividades... ilícitas. Esta semana se ha producido en la capital una detención que ha hecho temblar la imagen estereotipada que hasta ahora muchos tenían del traficante de droga. La historia está protagonizada por un anciano del Polígono que roza los 80 años y que desde ayer se encuentra entre rejas por tener entre manos asuntos no demasiado limpios.

Según han narrado a este periódico fuentes del caso, el octogenario, de nombre Antonio, se presentó en las oficinas policiales donde se tramita el DNI con la intención de renovar su carné de identidad, una renovación que por sus años, sería previsiblemente la última, pues a partir de cierta edad los carnés de los ancianos dejan de tener fecha de caducidad.

El caso es que Antonio quería tener su documentación en regla pero, cuando facilitó sus datos, los funcionarios se llevaron una primera sorpresa: el hombre estaba reclamado por la Audiencia Provincial de Cádiz.

El tribunal gaditano dictó un auto el 12 de julio del año pasado en el que decretó su búsqueda, detención e ingreso en prisión por no haber acudido a un juicio que se iba a celebrar contra él como presunto autor de un delito contra la salud pública por el que el Ministerio Fiscal solicitaba que se le impusiera una pena de 5 años de cárcel.

Al tener constancia de la orden judicial que pesaba sobre él, los agentes policiales procedieron a su detención, llevándose una segunda sorpresa: al cachearlo comprobaron que el anciano llevaba encima aproximadamente 140 gramos de hachís.

Antonio C.M. pasó ayer a disposición del Juzgado de Instrucción número 4 de la capital, que se encontraba en funciones de guardia y que decretó su ingreso en prisión.

Las fuentes aclararon que el encarcelamiento del octogenario se produjo al dar el juzgado cumplimiento a la orden emanada de la Audiencia Provincial de Cádiz y, por tanto, no por la droga incautada.

No obstante, el hachís que se intervino al anciano ha propiciado la apertura de otras diligencias previas contra él por otro posible delito de tráfico de estupefacientes, si bien Antonio aseguró que la droga que poseía era para su propio consumo y no para destinarla a terceras personas.

Este periódico ha podido saber que el abogado de la familia del anciano va a solicitar su inmediata puesta en libertad, tanto por la avanzada edad -que tiene 78 años- como por estar gravemente enfermo.

Ahora Antonio, si su delicado estado de salud lo permite, tendrá que sentarse en fechas próximas en el banquillo de la Audiencia Provincial de Cádiz para responder del delito del que está acusado, así como hacer frente a la nueva causa judicial iniciada en los juzgados de La Caleta contra él. Será la suya, sin duda, una vejez nada tranquila.