Granada

Jóvenes en paro vuelven a las aulas por la dificultad de encontrar un trabajo

  • Los centros de Educación de Adultos de Granada acogen a 2.329 personas más que el año pasado · El perfil en el nivel secundario es de chicos de 18 a 20 años con fracaso escolar y en busca de otra oportunidad

Cada una de las historias que conviven en las aulas de los centros de educación permanente es diferente pero a la gran mayoría les unen las ganas de tener una segunda oportunidad en el sistema educativo. Muchos, tras repetir varios cursos e ir de fracaso en fracaso, decidieron marcharse al mercado laboral. La construcción fue sin duda su primera parada. Cuando la situación se puso difícil y acabaron en el desempleo se dieron cuenta de que la formación era imprescindible para seguir adelante. Ahora llenan las clases del nivel secundario de los centros de adultos. En algunos, por primera vez han tenido lista de espera.

En 2.329 personas ha crecido el número de matriculaciones, lo que supone un 10% más que el pasado año (19.456 matriculados en 2008 y 21.785 en 2009). Pero más significativo aún es el dato de personas que se presentan a las pruebas libres para la obtención del graduado en ESO. Si en 2008 hicieron el examen 2.013 aspirantes en la provincia de Granada, 780 de los cuales consiguieron aprobar, en 2009 la cifra ha ascendido a 3.092, con 1.527 aptos. La provincia de Granada cuenta con 95 centros de Educación Permanente, que es como se denomina ahora a los centros de personas adultas. Uno de ellos es el CEHEL de Albuñol, que dirige Juan Cristóbal Ruiz González.

El centro permanente de Albuñol, que atiende a la población de la zona norte de la Alpujarra y la Contraviesa, tiene en total 650 alumnos. "La mayoría demandantes del título de la ESA (Educación Secundaria de Adultos) y de español para extranjeros", comenta Ruiz González. Este año, señala el director, han tenido una lista de espera de más de 20 personas, la mayoría jóvenes.

En estas redes de aprendizaje lo que se pretende, según explica el coordinador provincial de Educación Permanente, Antonio Franco, "es que ningún andaluz se quede sin aprender a leer o a escribir".

En el centro de Albuñol, al ser una zona agrícola, el perfil del alumnado es un poco atípico, porque muchos "están empleados en la agricultura, temporeros que no tienen un trabajo estable y apuestan por formarse", dice el director Juan Cristóbal.

Sin embargo, en los dos últimos años los demandantes de esta formación son bastante jóvenes. "Antes eran mayores, sobre todo mujeres, ahora rozan los 20 años y provienen casi todos del fracaso escolar", matiza Franco.

Cristina Núñez es una de ellas, tiene 27 años y un hijo de 9 meses. No le fue bien en el instituto pero sí que tuvo suerte en el mercado laboral. Durante cinco años trabajó como cocinera en un restaurante pero lo dejó para afrontar la maternidad. Ahora, mientras cobra el paro, no desaprovecha su tiempo y dedica tres horas todas las tardes a ir a clases.

Las asignaturas se estructuran en tres apartados, ámbito de la comunicación -Lengua, idiomas-, ámbito científico-tecnológico y ámbito social. Son 12 horas lectivas a la semana y otras ocho en una plataforma virtual. De los que aprueban el graduado, un buen número ingresa en un ciclo formativo de grado medio. Son menos los que siguen a Bachillerato.

El director del CEHEL de Albuñol apunta otro dato relevante: cada franja horaria tiene un perfil del alumnado diferente. "Los de las cinco de la tarde son mayores de 50 años, en cambio los de las siete son jóvenes en torno a los 18 años".

Las clases de español para extranjeros son de las más demandadas este año porque se ha incorporado un nuevo grupo: las mujeres inmigrantes. "Antes las marroquíes y senegalesas se quedaban en casa porque en España no segregamos por sexos en las aulas, ahora, con la crisis, también ellas tienen que incorporarse al mercado de trabajo", dice Ruiz González.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios